Escuelas del litoral de Valparaíso y Viña del Mar estarían en especial peligro de ocurrir un mega terremoto y tsunami como el que azotó al litoral central en 1730.
VALPARAÍSO-VIÑA DEL MAR.- Este 08 de julio se cumplieron 292 años de un movimiento sísmico de gran magnitud ocurrido a las 04:45 horas del 8 de julio de 1730 al norte de Valparaíso, fue percibido desde Iquique hasta Osorno.
El mega sismo dañó la infraestructura de las ciudades de Valparaíso, Santiago, La Serena y Concepción; justamente las cuatro más pobladas del país. Su epicentro se situó a unos 10 kilómetros al norte del puerto de Valparaíso y el movimiento se estima que alcanzó una magnitud de entre 9.1 y 9.3 MW provocando un tsunami muy destructivo en toda la zona central de Chile.
LAS ZONAS QUE SE INUNDARÍAN SI SE PRODUJERA UN TERREMOTO SIMILAR
El Centro para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) evaluó críticamente la eficacia de los procesos de evacuación en cuatro escuelas en la Región de Valparaíso, y si la respuesta sería la más óptima en el caso de un mega terremoto y tsunami con las características del ocurrido en 1730.
Dos de las escuelas se ubican en Viña del Mar, Colegio María Auxiliadora y Colegio República de Colombia; mientras que las otras dos escuelas son de Valparaíso; la Escuela Grecia y el Liceo Matilde Brandau de Ross.
Los expertos determinaron que si hoy se repitiera un terremoto y tsunami como el de 1730, en Viña del Mar las olas podrían llegar a la antigua población Vergara, hasta la base del cerro Sausalito y el agua ingresaría primero por el estero Marga Marga.
En Valparaíso, el agua podría alcanzar hasta donde se inicia la subida Santos Ossa y la Avenida Argentina. Toda esa zona, el Congreso y el sector el Almendral, también estarían en zona de inundación.
Jorge León, académico de la carrera de Arquitectura de la USM y uno de los autores del estudio, explica cómo se determinó que esas zonas serían afectadas.
“Utilizamos simulaciones computacionales. Puedes básicamente identificar los parámetros sísmicos que se parezcan a ese evento y puedes en el fondo generar simulaciones que lo reproducen. Así puedes evaluar ese tsunami computacional, cómo llegaría a la ciudad y qué zonas inundaría”, dice.
“Nosotros usamos un modelo de terremoto que lo preparó el investigador Matías Carvajal, hicieron un trabajo con el académico Marco Cisternas de la Universidad Católica de Valparaíso que incluía revisión de archivo histórico, revisaron archivo histórico de Japón, porque hay registro de que el tsunami de 1730 llegó allá y con eso generaron un sismo, y con esos datos nosotros generamos un modelo de inundación, que es el que se utilizó”, explica Jorge León a Observador.cl.
¿CÓMO SERÍA NUESTRA RESPUESTA ANTE UNA EMERGENCIA DE ESA MAGNITUD?
La investigación revisó los tiempos de evacuación en cuatro escuelas del litoral y los comparó con el tiempo de arribo de la primera ola en un tsunami como el de 1730.
Aunque un gran número de evacuados desde las escuelas podría lograr llegar rápidamente a un lugar seguro, la evacuación exitosa de todas las personas sólo es posible si los tiempos de inicio desde que el primer evacuado que sale de la escuela, son más cortos que los valores de umbral exigidos hoy.
Estos deberían ser entre 4 y 14 minutos, tomando en cuenta el corto tiempo de llegada del tsunami y la rápida penetración hacia el interior.
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“En un escenario así, que es el peor escenario conocido, cada colegio tiene tiempos de evacuación distintos porque depende de su emplazamiento, pero hay algunos que están bastante exigidos: estamos hablando de que la última persona debería estar saliendo entre 4 o 5 minutos, hasta algunos colegios que tienen un poco más de holgura, que se podrían demorar en salir, unos 14 minutos”, detalla Jorge León.
“Ahora, hay que considerar que en esos cuatro colegios, tú tienes que evacuar al colegio completo y sacar a los niños a la calle y de ahí recién iniciar la evacuación”, señala el experto.
LLAMAN A EVALUAR CIRCUNSTANCIAS ESPECÍFICAS DE CADA COLEGIO
“Hay que buscar ojalá características individuales. En Iquique, por ejemplo, hace un par de años, hubo una evacuación de emergencia, porque hubo un sismo de evaluación Mercalli sobre 7, por lo tanto Onemi declaró una evacuación preventiva y en esa evacuación, hubo una escuela que trató de salir a la calle y no pudo porque había como una feria de comercio ambulante en la vereda y les estaba tapando el portón de salida”, cuenta Jorge León, investigador de CIGIDEN.
“Entonces es una circunstancia muy particular, que no produjo ningún tipo de consecuencia porque no hubo tsunami, pero es un ejemplo de cómo circunstancias específicas de cada colegio tienen que ser evaluadas para preparar protocolos alternativos”, dice.
“A lo mejor ese colegio podría haber salido por otro lado si estaba la posibilidad, o reorganizar esa feria de forma de garantizar que ese lugar de salida va a estar expedito”, explica Jorge León.
El investigador comenta que durante los simulacros de evacuación, las mismas comunidades educativas pueden percatarse de problemas o desafíos para realizar un tránsito expedito. Para él, ya debería organizarse otro simulacro que involucre a todo el Gran Valparaíso, puesto que el último fue hace ya tres años.
Hoy conmemoramos 292 años del #terremoto y #tsunami en la región de Valparaíso. Nuestro investigador y académico de @arqUSM @jorgeleonc entrega un análisis de qué sucedería en términos de evacuación si hoy vivieramos un evento de la misma magnitud de 1730. pic.twitter.com/8yOHy55TyX
— CIGIDEN (@CIGIDEN) July 8, 2022
Puedes descargar y leer el estudio publicado en inglés haciendo clic en el texto destacado en color azul:
Assessment of Top-Down Design of Tsunami Evacuation Strategies Based on Drill and Modelled Data