Ex colaboradora del sacerdote de La Ligua, acusado de violación en la Catedral de Santiago, dice que era “bueno para el garabato” pero siempre respetuoso con ella
LA LIGUA.- La crisis de la Iglesia católica ha traído muchas repercusiones, entre ellas ser una de las instituciones más cuestionadas, especialmente por los casos de abusos sexuales que se han descubiertos. A nivel nacional, está el caso de Karadima, el cura “Tato”, los hermanos Maristas, y más de cerca el padre “Tito” Rivera, quien ofició por muchos años como el sacerdote de la Capilla Nuestra Señora del Rosario en Valle Hermoso, La Ligua, a finales de los años 70 y principios de los 80.
El padre fue acusado por Daniel Rojas, quien señaló que habría abusado sexualmente de él cuando el sacerdote lo acompañó al baño de la Catedral y posteriormente, le habría entregado 20 mil pesos a modo de “limosna”, ya que la presunta víctima se encontraba en situación de calle.
Una de las personas que aún tiene un recuerdo vívido del padre Tito Rivera es una comerciante vallehermosina que decidió conversar de manera exclusiva con “El Observador” y relatar su experiencia con el polémico cura, con quien trabajó por cerca de un año a fines de los setenta bajo el programa de empleos mínimos de la dictadura.
– ¿De qué manera llegó a trabajar con el padre Tito?
“Por ese entonces, a fines de los setenta, yo trabajaba por el programa de empleos mínimos, así que realizaba diversas labores hasta que llegué a trabajar a la Capilla de Valle Hermoso con él. Ahí colaboraba en distintas cosas, regando el jardín y atendiendo asuntos menores, pero a mí me gustaba porque yo era amiga con la mamá de él. Era una señora muy amable y me invitaba a tomar tecito”.
– ¿Cómo era el padre Tito Rivera en esa época?
“Era una persona joven, buena para el garabato, pero conmigo siempre fue muy respetuoso, por eso me ha extrañado mucho lo que se ha sabido en las noticias. Yo trabajé cerca de un año con él, limpiaba los vidrios, regaba el jardín y siempre me fijaba en las cosas que pasaban. Una de las que más me extrañaba era que lo buscaba mucha gente y le pasaba plata, no sé si eso estaba bien.”
– ¿Vio alguna vez un comportamiento extraño de parte del padre?
“Tenía un trato muy cordial, pero también era muy enamorado. Una vez lo acompañé a Cabildo a pagar unas cuentas y allá teníamos que tomar un taxi. Cerca nuestro paró una niña muy linda, con faldita y tacones, era muy guapa y cuando llega el taxi no cabíamos todos, entonces como la niña no se iba a subir, el padre le dice: “pero yo la llevo en mi faldita”. Yo lo miré sorprendida y él me devolvió la mirada como diciendo quédate callada, vi ese tipo de cosas, pero nunca algo malo, era chacotero y muy caballero conmigo”.
– ¿Supo si el cura tuvo algún tipo de relación con alguien?
“Antes todo el mundo era más reservado, supe que había una persona que siempre lo molestaba, una mujer joven, siempre lo iba a buscar, pero no podría asegurar que tuvieron una relación. Estoy muy sorprendida y apenada por lo que se supo”.
Cabe destacar que tras la sanción canónica que se le impuso durante el año 2018 que lo mantiene alejado del ministerio sacerdotal durante 14 años, el padre recién podría volver oficiar una misa cuando cumpla 81 años.
