A pesar de que después del accidente se puso de pie y terminó el juego, horas más tarde comenzó la pesadilla que terminó con su vida
LOS ANDES.- Profundo pesar causó la muerte de César Patricio Alejandro Díaz Díaz, de 19 años, quien falleció luego de sufrir un fuerte golpe en la cabeza mientras jugaba un partido de futbol con sus compañeros de trabajo. De acuerdo a lo recabado por “El Observador”, el joven estaba jugando un animado encuentro deportivo, y cuando estaba por terminar saltó con otro jugador a disputar un balón.
Esto provocó que ambos se golpearan la cabeza, por lo que cayeron al campo de juego lesionados. Los dos jugadores fueron asistidos por sus compañeros, pero instantes después se recuperaron, se pusieron de pie y se reincorporaron al partido. “Pasó lo peor”, pensó más de alguno.
Sin embargo, cuando el joven de 19 años estaba en casa de su hermana presentó un dolor de cabeza, por lo que ella quiso llevarlo de urgencia al Hospital. Él le bajó el perfil a la situación y se fue a acostar, pensando que las molestias pasarían. Pero cuando eran las 2 de la mañana, fue encontrado por un familiar en su habitación presentando convulsiones, siendo llevado hasta el Servicio de Urgencias del hospital andino.
Como no presentaba mejoría lo llevaron hasta el Hospital San Camilo, en San Felipe, con la esperanza de que se recuperara. Lamentablemente, se le diagnosticó muerte cerebral, por lo que se tomó la decisión médica de desconectarlo, a pesar del dolor de sus seres queridos que mantenían una esperanza de que esta pesadilla se terminara. Su deceso se produjo por una hemorragia cerebral, traumatismo encéfalo craneano y lesiones severas en el tronco encefálico.
UNA VIDA LLENA DE SUEÑOS
César cursaba segundo año de la carrera de Construcción Civil en la Universidad de Playa Ancha, sede San Felipe. Además, trabajaba en la Inmobiliaria y Constructora 3L.
Sus estudios básicos los realizó en las escuelas República del Brasil y El Corazón de la comuna de San Esteban, mientras su enseñanza media la cursó en el Liceo Mixto de Los Andes.
Sus cercanos lo reconocieron como una persona esforzada y alegre, que combinaba sus estudios con su trabajo a fin de no causar preocupaciones en su hogar. Era el segundo de cuatro hermanos, y le gustaba practicar deporte y compartir con sus amigos.
Sus restos fueron velados el pasado viernes en la sede social de la villa Los Ríos de San Esteban, para finalmente trasladarlos hasta el Cementerio Parroquial de dicha comuna, en medio de las lágrimas de quienes lo conocían y habían compartido con él en vida.
