Atrás quedó el tiempo en el que la recomendación de reposo absoluto solía ser el estándar para la recuperación de lesiones.
TENDENCIAS.- En la última década, la comprensión de cómo el cuerpo se recupera ha evolucionado significativamente. Ahora sabemos que el reposo absoluto puede ser perjudicial para la recuperación, ya que conduce a la pérdida de fuerza y movilidad, prolonga el proceso de recuperación y aumenta el riesgo de complicaciones. En su lugar, el ejercicio físico progresivo, supervisado y asesorado por profesional del área se ha convertido en una parte esencial de la rehabilitación, según explica el académico de la carrera de Kinesiología de la Universidad Viña del Mar, (UVM), Cristian Ángel Cortés.
“El reposo absoluto puede tener consecuencias negativas en la recuperación de lesiones. Cuando se limita la actividad física, los tejidos- no sólo el muscular- sino también tendones, hueso y otros, se debilitan y se atrofian, lo que puede resultar en una recuperación más lenta y dificultades posteriores para recuperar la función completa. Además, el reposo prolongado puede llevar a la disminución de la flexibilidad y elasticidad de los tejidos limitando en las articulaciones, la movilidad, lo que dificulta el proceso de rehabilitación”, indica Ángel Cortés.
El docente agrega que “el ejercicio físico progresivo desempeña un papel fundamental en la recuperación de lesiones. Un kinesiólogo puede diseñar un programa de ejercicios específicos que tenga en cuenta la lesión y las necesidades individuales del paciente. Estos ejercicios se pueden desarrollar, en fase aguda, en el resto del cuerpo, y en la zona lesionada suelen comenzar de manera suave y se aumentan gradualmente en intensidad y complejidad a medida que el paciente se recupera. Esto ayuda a aumentar la flexibilidad, elasticidad y a fortalecer los tejidos circundantes, mejorar la circulación sanguínea y mantener la movilidad y estabilidad en los segmentos afectados”.
La supervisión de un kinesiólogo es crucial en este proceso. Un profesional de la salud puede evaluar de manera continua el progreso del paciente, ajustar el plan de ejercicios según sea necesario y brindar orientación sobre la técnica adecuada. Esto garantiza que el paciente realice los ejercicios de manera segura y efectiva, minimizando el riesgo de lesiones adicionales.
“Además de optimizar la recuperación, el ejercicio físico progresivo también ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo. Al mantener la fuerza y la movilidad se reduce el riesgo de que la lesión se convierta en algo persistente, crónico, recurrente o que se produzcan problemas secundarios”, acotó el profesional de la Escuela de la Salud de la UVM.
