Héctor Calderón logró superar muchos obstáculos en la vida, pero el destino le tenía preparado un final que nadie se esperaba
SAN FELIPE.- Junto con la llegada del Año Nuevo, una terrible noticia conmovió a los vecinos de Los Campos, en el límite entre las comunas de Rinconada y San Felipe. Un fatal accidente casero le arrebató la vida a un joven de 31 años del sector.
Héctor Raúl Calderón Lazcano, estudiante de Relaciones Públicas, quedó solo en su casa -ubicada al interior del Fundo Las Tejas- la noche del viernes mientras sus familiares salieron. Decidió entonces lavar ropa, para lo cual se dirigió a la lavadora. En un acto rutinario, enchufó el electrodoméstico pero recibió al instante una potente descarga eléctrica que en segundos le quitó la vida.
El joven estaba descalzo y con los pies mojados, y se investiga si la lavadora presentaba su conexión a tierra debidamente instalada. En simples palabras, el cuerpo de Héctor fue el puente para la terrible descarga eléctrica.
UNA VIDA DIFÍCIL
La muerte de Héctor dejó conmovidos a los vecinos de Los Campos, pero también de San Felipe, ya que el joven de 31 años formaba parte de la Casa “Walter Zielke”.
El director de esta fundación, el consejero regional Mario Sottolichio, conocía muy bien al joven y expresó su profunda tristeza por su trágica muerte.
En conversación con “El Observador”, el director de la Casa “Walter Zielke” cuenta que fue tutor de Héctor Calderón Lazcano por mucho tiempo, a quien describió como “un chico muy inteligente, que la pasó muy mal en la vida, pero que siempre tuvo la capacidad de rehacerse y de reiniciar caminos”.
Lo conoció cuando el adolescente tenía 15 años y llegó a la casa de acogida para niños y jóvenes vulnerables por una orden del Tribunal de Familia de esa comuna.
Según comenta, el motivo por el que tuvo que ser internado a temprana edad fueron los eventuales hechos de violencia intrafamiliar en su hogar, lo que marcó el resto de su vida.
La vida del joven tuvo altos y bajos, siendo sus mejores momentos cuando estudió Psicología en la Universidad Aconcagua y cuando aprendió el idioma alemán sin haber ido a cursos ni haber pisado tierra europea, demostrando sus grandes habilidades.
Pero más allá de los problemas que tuvo que vivir, Mario Sottolichio se mostró impactado por la muerte de Héctor, más aún porque el destino le deparó la misma muerte que su padre biológico, quien a los 29 años también murió electrocutado.
Conoce más antecedentes de esta noticia en la edición impresa de El Observador de Aconcagua del viernes 5 de enero