En Quillota dan el último adiós al fundador del “Trencito de los Dulces”

Publicado el at 12:03 pm
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En Quillota dan el último adiós al fundador del "Trencito de los Dulces"

Patricio Valle Figueroa es recordado como una persona muy solidaria y siempre dispuesta a ayudar.

QUILLOTA.- La comunidad despide a uno de sus vecinos más queridos y conocidos. Se trata de Patricio Valle Figueroa, el fundador del emblemático “Trencito de los Dulces”, quien falleció la noche del miércoles 23 de abril a los 67 años, a raíz de un agresivo cáncer detectado en etapa avanzada.

La partida de Patricio Valle Figueroa deja un profundo vacío entre familiares, amigos y clientes que por décadas compartieron con él en las calles del centro de la ciudad.

Nacido y criado en la comuna, este comerciante formó una extensa familia con seis hijos y múltiples nietos, siendo reconocido no sólo por su labor como emprendedor, sino también por su inquebrantable compromiso social. Fue una figura entrañable para generaciones de quillotanos que crecieron con el tradicional carrito de maní y golosinas, símbolo de dulzura y cercanía.

El famoso trencito

El negocio familiar comenzó hace 25 años, cuando -de manera ambulante- recorría las poblaciones vendiendo maní. En 2004 se estableció formalmente en la esquina de Maipú con O’Higgins y luego se trasladó a su ubicación definitiva frente a la iglesia San Francisco, en la intersección de Freire con Chacabuco. Allí nació el trencito, que rápidamente se convirtió en un ícono del centro de Quillota.

En 2022, debido al desgaste físico por los años de trabajo, la familia abrió una sucursal fija en la calle Condell, con lo que el comerciante pudo continuar su oficio en un entorno más resguardado. Mientras tanto, el clásico trencito siguió operando bajo la administración de su yerno, manteniendo vivo el legado.

En Quillota dan el último adiós al fundador del "Trencito de los Dulces"
A los 67 años murió Patricio Valle Figueroa.

Una gran solidaridad

Quienes lo conocieron lo describen como un padre y abuelo ejemplar y un vecino siempre dispuesto a colaborar, ya sea con premios para bingos o ayuda directa a quienes lo necesitaban. Su vocación solidaria fue parte esencial de su vida. Aficionado al fútbol y apasionado por la hípica, también dedicó tiempo a revivir el Club Deportivo Unión Aldea.

Su velatorio se realizó en el sector de Boco, mientras que este viernes 25 de abril se ofició una misa a las 11:00 horas en la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, para luego continuar la ceremonia en el Cementerio Cerro Mayaca.

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