El economista de la Escuela de Negocios de Universidad Viña del Mar, Roberto Gormaz, explica dónde se ha ido cada peso y por qué es tan necesario impedir el bloqueo de un tercer retiro
Por Claudio Espejo Bórquez
El alto nivel de desempleo en la región y la evidencia práctica de la poca cobertura real de las iniciativas gubernamentales para apoyar a los ciudadanos confinados y afectados económicamente por la pandemia, tienen a todo el país pendiente del destino del proyecto que permitiría retirar por tercera vez el 10% de fondos desde las AFP.
Durante esta última semana, esta incertidumbre se ha convertido en enojo (de nuevo), con cacerolazos a lo largo del país, tras la decisión del Gobierno de bloquear el proyecto, presentando un recurso al Tribunal Constitucional.
El economista y académico de la Escuela de Ingeniería y Negocios de la Universidad de Viña del Mar, Roberto Gormaz, explica a “El Observador” cuáles son las razones de esta molestia, basando sus advertencias en una enorme cantidad de datos, por medio de los cuales sostiene su idea que, en medio de una crisis sanitaria y económica tan grande, los retiros desde los fondos de pensiones han sido clave no sólo para las personas, sino también para los negocios locales, ante la insuficiencia del gasto público destinado a ayuda directa a las familias.
– ¿Hay algún indicador a nivel regional que nos pueda mostrar qué impactos ha tenido la pandemia en los ingresos de las personas?
“A nivel país, hay tres millones de personas que ya perdieron su trabajo, que son informales. Sumado a ello, tenemos una tasa de desempleo del 10%, un poco más de un millón de personas en edad adulta que ya no tiene ingresos. El resto de la población, el 70% de los trabajadores, gana menos de $550.000 líquido. Eso significa que tenemos, al menos, cuatro millones de personas que no están recibiendo un ingreso. La Región de Valparaíso ha sufrido una de las bajas más grandes en términos de empleo, después de la Metropolitana. Es más, al 31 de marzo del presente, el Anuario Estadístico del INE planteaba que estamos en un 10,3% de desempleo, en el trimestre móvil diciembre-febrero. Esto es 2,5 puntos porcentuales superior al año pasado. Además, hay una urgencia en el género femenino, que alcanzó un 11% de desempleo, en comparación a los hombres, que alcanzaron un 9,8%. A esto, se le debe sumar que las mujeres son el 60% del mercado informal en Chile, que se refiere a la labor que no es remunerada bajo contrato”.
-¿Es decir, que además casi no existe en los datos?
“Esto significa que la persona que trabaja de esta forma no cotiza, no tiene previsiones y no tiene seguro de salud o cesantía y, formalmente, no registra datos en el sistema. Es como que no existieran. Hablamos de gente que a veces elige ese camino, porque ganan más en este sistema que bajo contrato. Hay dos tendencias en este grupo: una, que está ligada a cierto nivel de tecnología y a cierto sector productivo, como el tema de las aplicaciones de transporte de pasajeros como Uber, donde manejas tus propios tiempos, no tienes que cumplir tantos requisitos como los taxis; y otra, donde vamos al grueso de la economía informal, donde nos damos cuenta que hay trabajos muy precarios y las mujeres están ahí. Son gente que, si no trabaja en el día, simplemente, no tiene para comer. Se plantea que 1 de cada 5 familias en Chile no sabe si va a poder tener las tres comidas del día, hoy. Eso es muy grave”.
– ¿Por eso la necesidad de recurrir a los fondos previsionales? ¿Sería correcto afirmar que las ayudas gubernamentales no han sido suficientes?
“Creo que acá nadie puede decir que sacar nuestros fondos de pensiones y mitigar la crisis de esta forma es lo óptimo, pero hay que considerar que los fondos que se obtienen mediante el retiro de las AFP son mucho mayores que las ayudas del Estado. Un dato del Banco Central: cuando el quintil más pobre sacó sus retiros, equivalían a 3,4 veces su sueldo. El segundo quintil sacó 2,3 veces su sueldo. El tercero, cuarto y quinto rodean entre 1,6 y 1,8 veces sueldo. Entonces, cuando puedes tener hasta 3,4 veces tu sueldo de las AFP, en comparación a los $40 mil mensuales que le llega al 60% del 40% más pobre, obvio que no hay dónde perderse”.
– ¿En qué se han usado principalmente los dos retiros anteriores? Porque se ha dicho, incluso, que esto podría incentivar a personas a no trabajar. ¿Hay argumentos para sostener esa idea?
“Esa declaración no tienen ningún sustento. Lo que se ha hecho con estos dineros es pagar créditos de consumo e hipotecarios. Voy a dar otra estadística del Banco Central: entre el 15% y 17% de los dineros recibidos fueron dedicados a pagar cuotas de consumo y el 10% de estos recursos sirvieron para pagar créditos hipotecarios. Es más, la cantidad de morosos en Chile, después del primer retiro, disminuyó en un 20%”.
“Se plantea que 1 de cada 5 familias en Chile no sabe si va a poder tener las tres comidas del día, hoy. Eso es muy grave”.
– ¿Qué impacto han tenido los retiros anteriores en la economía?
“Según el mismo Banco Central, han permitido estabilizar la economía. El primero, la estabilizó en un 1,8% y el segundo, un 1%, respecto al PIB. Es decir, se aumentó la demanda. Ahora, ¿por qué el segundo retiro no impactó tanto como el primero? Es porque no se ha gastado completamente. En base a eso, nosotros decimos que la gente está guardando el dinero hasta que ya no puedan guardarlo más”.
– Entonces, cabe preguntarse, ¿para qué un tercer retiro, si todavía hay dinero del segundo?
“Se justifica en que el tercer retiro te permite crear tu propio negocio. Otra estadística del Banco Central dice que en base a los retiros tuvimos un dinamismo en ventas, sobre todo, en artículos de equipamientos, automóviles y se agotaron stock. Se entiende que los usuarios están generando pequeños emprendimientos, que les permitan subsistir a lo largo de esta pandemia y reducir el miedo a quedar desempleados. Pueden comprarse un auto, para ejercerlo como Uber, pueden comprar abarrotes, para colocar un pequeño local dentro de su comunidad o pueden reinvertir en su propio negocio, que son normalmente informales, por Internet. En base a eso se han estado ocupando los retiros”.
-Por lo cual, ¿podría decirse que el bloqueo al tercer retiro perjudicaría no sólo a los adjudicatarios del retiro, sino también a la activación de la economía y a las pymes en este escenario adverso de región en cuarentena?
“Exacto. Para validar ese dato, el Banco Central dice que los mayores repuntes competen al comercio y la industria, como ya había dicho. La demanda se incrementó en un 11,6%, posterior a los retiros, es decir, la demanda interna. Lo que hacen los retiros es entregarnos liquidez y entregarnos capacidad de pago, para poder demandar exactamente lo que queremos y necesitamos. Ya sea para consumo diario o para utilizarlo como inversión. Y hay que ser súper honestos, esto funciona así: nosotros cotizamos, le entregamos el 10% del salario a la AFP, las AFP entregan estos dineros a las Administradoras Generales de Fondos, donde comienzan a invertir. Mucha de esa inversión se queda en capitales nacionales y eso les entrega liquidez, la capacidad de transformar esta inversión en dinero, para reinvertirla en sus propios proyectos. Entonces, es obvio que a la empresa, cada vez que nosotros seguimos retirando, a ellos les va a llegar menos dinero. Eso es lo que sucede aquí”.
– ¿Cuáles son las fallas en la política pública que hacen que la gente necesite retirar lo que ahorran para sus futuras pensiones?
“Creo que el primer error del Gobierno es que es incapaz de transmitir una idea de manera verosímil, ya no tiene credibilidad. Segundo, la imposibilidad de focalización. Es muy injusto cuando a la gente le dicen que van a entregar un bono y, al final, se dan cuenta que va al 60% del 40% más pobre. O cuando te dicen que el bono de clase media le va a llegar a un 70% de la población y, después, solo hay dos millones de bonos, que –aparentemente- nadie está calificado para recibirlos, siendo que hay cuatro millones de personas adultas que no están recibiendo ingresos”.
“El banco, si estás en DICOM, no te da créditos. Pero un gobierno, un Estado no debería funcionar así”
-En este escenario, ¿cómo se equilibra la necesidad de subsistir con la necesidad sanitaria de mantenernos encerrados?
“Esto no solamente afecta en términos económicos y productivos, sino que también, hay un impacto psicológico de las personas, porque ya no tienen los ingresos necesarios y el Gobierno no les está dando opción. Voy a plantear otra estadística: desde el punto de vista del mundo sanitario, ellos plantean cuarentenas, nos dicen que necesitamos las cuarentenas y, por otro lado, el mundo económico insta a seguir trabajando. ¿Cómo mantenemos la cuarentena? A mi parecer, aquí el Gobierno se ha lavado las manos de una manera brutal, porque entre los dos retiros, se han sacado USD$17 mil millones aproximadamente en cada uno. Entonces, ellos dicen que no pueden competir contra USD$34 mil millones y entregarlos a nosotros, porque eso es el 12% del PIB. Pero, la verdad es que no necesitamos esos USD$34 mil millones, porque cuando uno hace los cálculos, lo cierto es que necesitamos USD$5 mil millones al mes. Con esa cantidad, el Gobierno podría haber entregado una pensión básica de $600 mil por hogar, a seis millones de hogares, que son –básicamente- el 90% de la población. Si hubieran hecho eso, nosotros podríamos haber estado en cuarentena durante dos meses. Cuarentena total. Y esto le hubiera costado al Gobierno USD$10 mil millones”.
“Lo que hacen los retiros es entregarnos liquidez y entregarnos capacidad de pago, para poder demandar exactamente lo que queremos y necesitamos. Ya sea para consumo diario o para utilizarlo como inversión”.
-Desde La Moneda han dicho que Chile no cuenta con el dinero para hacer ese tipo de gasto.
“El argumento es que no hay de dónde sacar esa plata, que está más que trillado, porque el Gobierno ha dicho dos cosas: lo primero, que han entregado USD$30 mil millones. Eso no es verdad. De esos USD$30 mil millones, solo el 2% ha llegado en ayuda de las familias. Eso significa que por cada familia reciben aproximadamente un poco más de $40 mil al mes, por parte del Estado. Además, no es universal. Estos USD$30 mil millones no están inyectados en las personas, están inyectados en vacunas, en diferentes tipos de planes, en arriendo de camas, etcétera. Entonces, cuando a la gente le dicen que se están gastando USD$30 mil millones, uno cree que le va a llegar una cantidad de dinero sustancial y después, te das cuenta que no llega esa cantidad de dinero. Llegan $40 mil al mes y eso es muy fuerte, porque –además- te sientes engañado”.
-Y ha quedado en evidencia que muchos beneficios estatales tienen condiciones que dejan sin opción a las personas.
“La condición más horrible es que, para el Bono Clase Media, te piden estar al día con tus deudas. O sea, estás pidiendo un bono, porque no tienes dinero para comer y te dicen que si tienes deudas con el Estado, no te lo pueden dar. Ese nivel de falta de empatía solo se explica desde una lógica empresarial. Eso es lo que te hace el banco, que si estás en DICOM, no te dan créditos. Pero un gobierno, un Estado no debería funcionar así”.