Gabriel Abarca Armijo
Editor
Todavía falta un año para las próximas elecciones municipales, donde la gran novedad será la búsqueda del Gobernador Regional, nuevo cargo escogido por voto popular que llegará a reemplazar al actual Intendente y supondrá un mayor poder de gestión y resolución, entregando la ansiada autonomía a las regiones que claman ante el centralismo imperante.
La creación de este nuevo cargo ha abierto el apetito de varios alcaldes, quienes ven con buenos ojos liderar los destinos ya no solo de una comuna sino de una región completa. Esto mismo queda en evidencia al considerar que poco más del 60% de los alcaldes en ejercicio han confirmado que irán por la reelección, mientras el resto se mueve en la nebulosa de la duda y la incertidumbre.
¿Es necesario contar con este nuevo cargo o solo incrementará la burocracia del aparato político? Si lo analizamos desde la perspectiva del centralismo, tener un agente activo con mayor poder de decisión y gestión sin duda será positivo, aunque el desafío es que no gobierne solo para la capital regional, como suele pasar en la actualidad.
Así se lo hizo ver el alcalde Luis Mella al Intendente Jorge Martínez, a propósito del retraso en la aprobación del proyecto de luminarias para Quillota, reclamo similar que la alcaldesa de Nogales Margarita Osorio hizo a la autoridad regional. No es una buena señal que las iniciativas de la región interior queden en segundo plano solo por un tema de gestión.
¿O cómo se explica que en dos horas de reunión entre el alcalde Mella y el Ministro Chadwick se haya resuelto un problema que estuvo trabado por dos años? Solo gestión política, no hay otra fórmula. Es que el centralismo no solo es para con Santiago, ya que a nivel regional sucede lo mismo con las capitales, como en nuestro caso con Valparaíso.
Ojalá esta figura del Gobernador Regional suponga un avance en materia de descentralización, que permita atraer más recursos a los puntos más recónditos del territorio y, sobre todo, trabaje con independencia del gobierno de turno. Esto le permitirá a la nueva autoridad actuar en pro de la ciudadanía que lo escogió y no por un plan central establecido.
