Colectividad familiar de más de 30 integrantes derivados del pueblo originario se ubican en el sector de Collahue
NOGALES.- Un hito histórico importantísimo vivió la comuna de Nogales durante esta semana. El lunes pasado se formalizó la creación de la Comunidad Diaguita Araya-Araya. Es la primera de la Región de Valparaíso. También es un reconocimiento a las etnias originarias, que en Nogales -y especialmente en El Melón- han tenido siempre una especial acogida y mantienen una gran vigencia.
El nombre de la comunidad proviene los apellidos del primer y antiquísimo asentamiento diaguita en el sector de Paihuano, en el valle del río Limarí. Desde 2016, la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI, reconoció que Araya -que deriva de Arraya- es un apellido diaguita, luego de una serie de investigaciones antropológicas.
Karina Galdámez Flores, presidenta de la Comunidad Diaguita de Nogales, explicó que “aunque la CONADI les dio, hace un buen tiempo, la condición de diaguita a los Araya, que tienen su partida de nacimiento en el valle del río Limarí, los Araya-Araya de Collahue, que también provienen del Norte Chico, acreditaron su derivación étnica y conformaron acá la primera Comunidad Diaguita de Linaje Puro”.
Aunque, por razones formales, la organización funcional fue inscrita el lunes en la Municipalidad de Nogales, con su presidenta, la Comunidad realmente corresponde a la familia de Daniel Araya Calderón -de 74 años- y su esposa Ormelina Araya. Ellos son hijos de Daniel Araya y de Gregorio Araya, respectivamente, y nacidos en el asentamiento diaguita del Limarí, por lo que corresponden a un linaje puro y él es un Patriarca vivo. Ahora, Daniel Araya es integrante de la Red de Ancianos Diaguitas y es reconocido por todas las otras comunidades.
“La nuestra -explica Karina Galdámez Fuentes- es una comunidad patriarcal, que deriva de un solo tronco y que ha mantenido su linaje a través de los tiempos. Hay otras organizaciones o sociedades diaguitas y muchos descendientes, pero que no tienen un Patriarca de Linaje Puro vivo, por lo que no pueden conformar comunidades”.
En el caso de la Comunidad Araya-Araya, de Nogales, “la condición de contar con un Patriarca le permite conformar una comunidad en un territorio que comprende desde el río Limarí hasta el Aconcagua. Está compuesta por los seis hijos del Patriarca y la Matriarca, sus yernos, sus nietos y los hermanos del Patriarca. Somos 32 personas actualmente, derivadas del tronco familiar y todos reconocen el linaje puro del Patriarca”.
Aunque Karina Galdámez Fuentes -quien es compañera del primogénito de la familia, Daniel Araya Araya- aún no ha podido casarse legalmente, porque debe cumplir una serie de obligaciones para ser parte de la cultura, pero los trámites ya están en la etapa final. Sin embargo, la más importante la tiene y corresponde al apoyo del Patriarca, que la reconoció como diaguita y hasta la designó presidenta de la organización funcional que representa a la Comunidad Araya-Araya.
Según explica Karina Galdámez, “en nuestra cultura, el reconocimiento y el respeto al Patriarca es completo. Él define, finalmente, lo que se hace en la comunidad. El rol de los integrantes es sólo de una Asamblea Consultiva. Por ejemplo, él decide qué se siembra, él pide los permisos a la Madre Tierra o al Padre Sol o él reparte lo que resulta de las cosechas (papas, cebollas, etcétera), según las necesidades comunitarias.
“También -añade Karina Galdámez- determina quién lo puede representar en algunas situaciones. Ya ha definido que su representante es su hijo mayor, que es también su heredero”. La Comunidad Diaguita Araya-Araya desarrolla varios emprendimientos, donde destacan la agricultura, la avicultura y la yerbatería, como medicina alternativa.
A la vez, desarrollan sus creencias, costumbres y comidas, buscando preservar sus tradiciones, recuperar sus lugares sagrados y el territorio para poder continuar impulsando la cultura diaguita. Para el 23 y 24 de junio, con el solsticio de invierno, celebrarán el Año Nuevo Diaguita, en Las Chilcas.