La crisis medioambiental de Quintero y Puchuncaví, produjo varios coletazos que es necesario comprender y evaluar para beneficio de la salud de todos los que vivimos en esta región.
Lo primero es entender que la institucionalidad vigente en temas ambientales está obsoleta. Si estuviera bien, no habrían pasado cerca de mil personas intoxicadas por el hospital de Quintero.
Lo segundo es ponerle atajo ahora a las solicitudes de nuevas industrias para el parque industrial costero y revisar a fondo las que están funcionando, para poder fijarle la norma que corresponda respecto de sus emisiones.
Lo tercero es lo que hizo el alcalde de Limache, Daniel Morales, que sin dudarlo, envió oficios al Ministerio de Medio Ambiente y al Gobierno, pidiendo la suspensión de la tramitación del proyecto Central Los Rulos y el proyecto Cardones-Polpaico.
El alcalde fue muy claro cuando refiriéndose a la Central Los Rulos, señaló que “hoy día la situación de emergencia que vive la región debería tener una reacción distinta del Gobierno. Tenemos temor y la legítima duda en torno a cómo se han aprobado estos proyectos y cómo se piensan ejecutar. Por lo tanto, como no queremos ser un nuevo Quintero-Puchuncaví, creemos que la medida más razonable es justamente suspender su tramitación”.
Refiriéndose a la urgente necesidad de reformar y actualizar el Servicio de Evaluación Ambiental, el alcalde Daniel Morales puntualizó que hace rato que viene diciendo que en la tramitación de los proyectos que puedan afectar la salud de la gente “la opinión de la ciudadanía no es considerada, la opinión de los municipios no tiene efectos vinculantes”.
En todo caso, ante de la crisis en la costa, diversos personeros políticos, académicos y comunitarios, habían expresado la necesidad de actualizar la ley ambiental.
La respuesta de la Central Los Rulos a las afirmaciones fundadas del alcalde no pudo ser más torpe, aferrándose a la idea que la tramitación de la central ya la hicieron y ahora solo están paralizados porque el tema se encuentra en el Tribunal Ambiental. Cómo no darse cuenta que todos los intoxicados de Quintero y Puchuncaví cayeron al hospital mientras las empresas “cumplían con la institucionalidad ambiental vigente”.
No más experimentos raros. El Gobierno debe detener la Central Los Rulos para evitar que después no pueda ni siquiera saber con qué emanaciones de esa empresa se podría intoxicar a los habitantes de la hermosa zona rural de Los Laureles y toda el área.
Los dueños de Los Rulos están convencidos que tirando millones a la calle, van a lograr acallar las protestas y quejas de la población y sus autoridades. Financian lo que les pidan, llaman a postular en Fondos Concursables, hacen aportes a bomberos, centros de estudios, publicación de libros, lo que sea, con tal de aparecer como niños buenos ante la comunidad. Incluso faltan a la verdad al decir que darán 1.200 nuevos empleos, sin especificar que quizá toda esa gente podría ser contratada en la construcción de la Central, porque después son cerca de 10 a 15 personas las de planta.
Pero no siempre con dinero se compran huevos, muy por el contrario, a veces uno cree que compró huevos y lo que compró fue una nueva odiosidad. Es dramático verlos, aparecen como pagando para comprar silencio, aparecen como pagando compensaciones por las futuras contaminaciones.
Presidente Piñera, usted en campaña, en las oficinas del diario “El Observador” se comprometió a impedir que esta Central pueda algún día dañar la salud o el entorno de las personas, escuche ahora al alcalde de Limache y detenga a tiempo este nuevo foco de contaminación.