Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
El domingo vivimos una experiencia emocionante, nunca antes vista en La Calera, que demuestra las preocupaciones que se están teniendo por recuperar y mantener el patrimonio minero de la comuna.
Las caleras eran las minas de cal. La cal es La Calera. Por eso es tan maravilloso que se pueda realizar un acto al pie de los hornos de cal que comenzaron a ser construidos hace 300 años por los jesuitas, en el cerro La Melonita, al frente de la estación de trenes de la ciudad.
A tres minutos caminando se sube al cerro y uno se encuentra con un imponente monumento de nuestra historia: los hornos verticales de cal. Y allí, en la misma explanada en la que se sacaba el material de los hornos, se realizó el domingo un acto inolvidable, con cerca de 600 personas, para celebrar el Día del Patrimonio.
La Municipalidad de La Calera, a través de la Dirección de Cultura, realizó un espectacular montaje para revivir momentos históricos en la vida minera de La Calera.
Al llegar había una serie de stands con exposiciones fotográficas, recuerdos de La Calera, artesanos, editoriales y grupos interesados en proteger el pasado de la ciudad. Mención especial para la Corporación Patrimonial de La Calera, encabezada por Sergio Miranda y acompañado de un grupo activo de guardianes de nuestra historia.
Un poco más arriba, caminando, se llegaba a los imponentes hornos verticales de cal, que se componen de un alto murallón de ladrillos y piedras de 10 metros de altura por unos cien metros de largo.
Parece increíble que estando tan cerca de la ciudad se encuentren en el buen estado de conservación en el que hoy los podemos admirar. Uno puede cerrar los ojos y soñar con esos tiempos pasados y ver el fuego de los hornos quemando la caliza, los carros sobre rieles para transportar el material hasta la fábrica y el ambiente de trabajo de esos hombres con cascos que transformaban la cal en cemento.
La gente fue llegando de a poco y se fueron sentando en las butacas instaladas para el evento, hasta que fueron tantos que rodearon completamente el escenario. Era un marco de público admirable y un lugar incomparable.
Se entregaron cinco reconocimientos a personas vinculadas a la protección del patrimonio de La Calera: al abogado Rafael Enos Aguirre, de vasta trayectoria en defensa y difusión de la historia del cemento; Alfonso Serrano, ejecutivo de Cemento Melón que ha aportado su conocimiento y experiencia para la historia; Waldo Lillo Santander, gran fotógrafo de la ciudad, que ha retratado a las familias y a los acontecimientos; Virginia Loyola, que desde la Biblioteca Municipal ha desplegado grandes esfuerzos por la conservación de nuestra historia y por impulsar la lectura y una distinción para Humberto Gómez.
La presentación de la Orquesta Municipal, compuesta de un grupo de jóvenes, estuvo a muy buen nivel. El evento cerró con el concierto en piano de Roberto Bravo, que interpretó canciones de Víctor Jara, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Astor Piazzola y algunos boleros inolvidables. El público de pie ovacionó al pianista y manifestó su emoción por poder escuchar esa música al pie de los grandes hornos de cal, rodeados de historia y trabajo minero.
Creemos que la labor que está realizando el alcalde Johnny Piraino Meneses, al destacar y valorar nuestro patrimonio histórico, contribuye a mejorar la visión que los habitantes tienen de su propia ciudad.
Todos los asistentes del domingo salieron orgullosos de haber compartido un momento tan emocionante de la historia de su ciudad.
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