Felipe León Díaz
Periodista
En la década recién pasada, Quilpué presentó un importante desarrollo gastronómico y bohemio, con un auge de restaurantes y centros de eventos nocturnos, con música envasada y en vivo. Este fenómeno hizo que muchos quilpueínos ya no vieran a su comuna como una ciudad dormitorio y empezaran a disfrutar de los “after offices” en el centro o en la noche salían a comer algo rico, tomar unos tragos y presenciar conciertos de bandas que hace 10 años era imposible pensar que se presentarían en la capital de la Provincia de Marga Marga.
Pero el panorama hoy es muy distinto. Para este rubro el estallido social fue un golpe muy duro y ahora la pandemia mundial del Coronavirus ha hecho que gran parte de estos locales se mantengan cerrados o, en su defecto, funcionando “a media máquina”, con sistemas de reparto de comida a domicilio, conocidos como “delivery”, pero sin la posibilidad de recibir público que consuma y disfrute de estos servicios como antes.
En ese contexto, la consigna es reinventarse, cambiar el modelo de negocios, para sobrevivir a estos difíciles días que afrontan la actividad comercial y quienes viven del día a día. Las presentaciones de música en vivo tendrán que esperar y por ahora los músicos se han volcado principalmente al streaming, realizando conciertos a través de Facebook o Instagram Live, llamando a sus fans a escuchar su música a través de Spotify y las plataformas digitales, que aunque pagan muy poco por reproducción, pueden ser un camino para mantenerse con vida.
Y bajo esa premisa, esta reinvención al parecer lleva a un camino que es inevitable y vino simplemente a acelerar un proceso que estamos viviendo hace mucho tiempo: el vuelco a lo digital. Hace décadas que usamos las herramientas tecnológicas para comunicarnos y hoy más que nunca se han vuelto indispensables en lo laboral o simplemente para tomar contacto con nuestros familiares y amigos. El auge del consumo de Internet hará que diversas prácticas queden en el pasado y probablemente, cuando todo se “normalice”, ya nada será como antes.
Pero no hay que tener miedo. Lo digital representa un infinito océano de oportunidades para seguir desarrollándonos en lo laboral y económico, solamente hay que “subirse al carro”, entender que el mundo cambió y que esta adecuación al contexto actual de seguro desembocará en una nueva realidad donde los hábiles e ingeniosos tomarán la batuta, con miras al futuro.