El verano es un tiempo propicio para la buena lectura

Publicado el at 10/01/2023
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

Desde siempre se relacionan las vacaciones y el verano, con leer unos buenos libros, disfrutando mundos imaginarios maravillosos que estimulan nuestras vidas.

La lectura siempre nos hará mejores, por eso es tan dramático saber que hay tanta gente que no lee nada, o casi nada. Me refiero a literatura, historia, poesía, cuentos, filosofía, o cualquier texto que transporte al lector a momentos impensados.

Entre el celular, la computadora y la televisión, que tiene capturadas a millones de personas, casi no hay espacio para detenerse, dejar el celular a un lado y apagar la tele. Abrir ese espacio para una comunicación directa entre un escritor y Usted.

Una buena novela, o un cuento bien escrito, pueden llenarnos la cabeza de sugerencias, ideas, planteamientos o proposiciones. Si aceptamos la idea de entregarnos a la lectura y dejar que esos mundos imaginarios que nos describen los podamos hacer realidad en nuestras mentes, habremos dado un gran paso hacia una vida mejor.

Recibí una investigación sobre la lectura, desarrollado por Mark Pennington, un especialista norteamericano, que asegura que está demostrado que cuando las personas se adentran en los mundos imaginarios que ofrece la lectura, el cerebro procesa esa ficción de la misma manera en que lo hace cuando se trata de hechos de la vida real.

Por ejemplo, si lee verbos como “correr”, “cantar” o “patear”, activan, efectivamente, las mismas zonas cerebrales que se encienden al trotar, cantar o darle golpes a una pelota. Eso significa que este estudio deja en claro que la lectura, que parecía tan pasiva, conforma una forma de actividad que ni soñábamos con poner en marcha sentados leyendo.

Para Pennington las recomendaciones básicas sobre el tema son bien simples: hay que hacer el esfuerzo de leer en silencio durante 15 minutos diarios, de preferencia un libro de ficción. Después de repetir esta acción durante seis semanas, su capacidad lectora habrá aumentado de 210 palabras a 348 palabras leídas por minuto. Esa nueva velocidad será el mejor estímulo para seguir leyendo.

Otro consejo: trate de no leer acostado porque la postura corporal es fundamental en la formación y desarrollo del hábito de la lectura. Leer en la cama es maravilloso para quedarse dormido, pero en esa posición es más difícil que la mente enganche con el contenido de un texto. Hay que sentarse derecho, ojalá en una silla recta, frente a un escritorio o una mesa, con los dos pies apoyados en el suelo, con las dos manos sujetando el libro y con buena iluminación. O sea, tomarse la lectura casi como un acto ritual, disponiendo que todo esté en regla para sentir el texto.

No se trata de transformar la lectura en algo relajante, sino en algo estimulante. La diferencia es muy profunda.

La lectura puede cambiar la vida de una persona, pero el compromiso del lector es fundamental para lograrlo.

Si Usted aún no ha ingresa al mundo de la lectura, nunca es tarde para hacerlo. Puede partir con algunos cuentos de Guy de Maupassant, Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga, Manuel Rojas, Bolaño o cualquier autor chileno de los tantos que están entre nosotros.

Leer nos cambia la vida sin movernos del sillón.

 

 

Imagen Freepik

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