Durante cinco horas seguidas, decenas de artistas pasaron por el gran escenario del Centro Cultural “Leopoldo Silva Reynoard” de la Ilustre Municipalidad de Quillota. Era el homenaje en el centenario del nacimiento de don Polo, cuyo nombre lleva el moderno centro cultural.
El mismo día sábado era su cumpleaños y aunque desde hace unos seis años que no está con nosotros, su presencia sigue presente a través de una tremenda herencia cultural que dejó en la zona.
Muchos artistas, el Alcalde y otras personalidades dieron su testimonio para referirse al apoyo, afecto y entusiasmo que les entregó Leopoldo Silva en distintos momentos de su vida.
El alcalde, doctor Luis Mella, relacionó la vida feliz de don Polo, su capacidad de hacer cosas, su buena voluntad, con el espíritu que siempre debe tener la ciudad. Reiteró lo bien puesto que estaba su nombre en el Centro Cultural y contó, entre otras cosas, cómo hace más de veinte años, don Polo lo fue a ver para que fundaran el Orfeón Municipal, pero no le llevó solo palabras, sino también el compromiso del banco BCI para comprar los instrumentos.
Emotivo fue el relato del ex jugador de San Luis, Raúl Chávez, recordando la capacidad de dirigente y el fervor por el Club, que don Polo refundara en 1953, llevándolo a la vida profesional. Después de la extraordinaria aparición y presentación de la banda de guerra de los ex alumnos del Liceo “Santiago Escuti Orrego”, (el mismo donde estudiara don Polo), habló el suboficial ® Emilio Hernández, director de la Banda de la Escuela de Caballería y que participó a pedido de don Polo en muchos eventos en distintos escenarios de la ciudad.
La actividad comenzó con la obra de teatro “Tiempos Viejos” de la profesora María Luz Cortés, que junto a sus alumnos del Colegio Francisco de Miranda derrocharon talento sobre el escenario. Federico “Tilico” Cueto recitó el poema “Romance para un padre”, sacándole lágrimas a decenas de personas. No podía faltar la coreógrafa Brenda Rosales Bórquez, con su Escuela Municipal de Danza Moderna, que tuvo dos brillantes actuaciones.
Muy aplaudida fue la Big Band del Colegio “Robert and Rose”, que dirige el destacado maestro Mario Fuentes, cuyo testimonio sobre don Polo fue muy sólido por la cantidad de años que hicieron cosas juntos. Lo trató de amigo y dijo que por su pasión era “un loco lindo”, un poco adelantado a los tiempos.
Por primera vez, el arquitecto quillotano Rogelio Arancibia, autor del proyecto del Centro Cultural, pudo explicar la forma en que trazó el bello edificio y contar los fundamentos a partir de los cuales definió sus líneas arquitectónicas.
El trío “Por la esquina de la farola” presentó sus tangos, junto al cual bailó temas de lujo -para los grandes escenarios- la pareja compuesta por la bailarina Erika López y Horacio Véliz. La Academia Municipal de Música envió como representante a la cantante Soledad Rojo, que interpretó la fuerza de Mon Lafferte. El momento espiritual lo puso el músico Franco Capone, interpretando música del norte de la India con su sitar, un precioso instrumento de 20 cuerdas.
El dirigente de la Cámara de Comercio y Turismo Minorista de Quillota, Juan Manuel Díaz, recordó los años en que don Polo fue refundador de la Cámara en Quillota, hasta que presidió el Comercio Regional y fue secretario de la Confederación Nacional del Comercio de Chile. También destacó que gracias a sus gestiones se pudo adquirir una casa para la sede. Profundas reflexiones hizo también su amigo, Aníbal Ríos Montt, para destacar la generosidad que don Polo tuvo durante toda su vida dedicada al servicio de los demás, sin ambicionar jamás ningún cargo ni candidatura de ningún tipo. Palabras de mucho cariño expresó Adriana Silva, que trabajó en el diario junto a don Polo.
Una mirada renovada de “La Cueva del Loco Eustaquio” nos trajo la compañía de teatro Tepsis, que dirige Marco Espíndola. Cantamos boleros con el grupo “Los Insufribles”, que dirige Andrés “Philo” Jofré, hasta con homenaje a Lucho Gatica. El testimonio emocionado del cantautor de la Quebrada del Ají, José “Pepe” Vergara, que compuso para don Polo la canción “Un lucero se fue al cielo”, expresando además toda la ayuda que siempre le brindó.
También le agradeció haberla impulsado a seguir la carrera musical, la hoy muy destacada artista Sofía Abarca Fariña, que hizo llegar su saludo desde Isla de Pascua, donde hoy reside. Ella es la autora de la letra, música y voz del jingle de “El Observador”.
Cerraron el homenaje dos grupos excepcionales: la Academia de Danzas Árabes “As Salam”, que dirige la profesora Nicole Leiva y su renovada presentación y el folclorista más valorado de nuestro valle, el profesor y compositor Roberto Palma Vergara, con tres imágenes de Quillota, interpretadas por su conjunto “Proyección Folklórica del Valle del Aconcagua”.
Fue una gran noche, gracias al apoyo de Farid Chalhub, Marisol Valdés, Cecilia Castro, Claudia Comte, Pamela Pérez, Germán Cortés, Cristian Riquelme y Cristian Peña, la conducción de Claudio Espejo, la magistral organización de Ivo Herrera en el Centro Cultural y todo un gran grupo de personas que estuvieron tras las bambalinas para que todo funcionara a la perfección.
Hicimos lo que dijimos: “Un cumpleaños tal como le habría gustado celebrarlo a don Polo”.