El Senado como escuela política y crisol de nuestra democracia

Publicado el at 10:12 am
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Cuadro primer congreso nacional

Por Roberto Silva Bijit Fundador Diario “El Observador”

Según el momento histórico que uno quiera considerar como el comienzo, el Senado de la República de Chile tendría a 210 años, si entendemos que nace cuando José Miguel Carrera (“dijiste libertad antes que nadie”, le escribió Neruda), dicta el primer Reglamento Constitucional Provisorio en 1812, o bien, tendría 200 años si se toma en cuenta cuando en 1822 Chile adopta un sistema bicameral, estando el país ya completamente liberado de España y bajo el gobierno efectivo de Bernardo O’Higgins.

Se trata de una institución que durante dos siglos de vida ha estado animando y fundando la democracia en Chile. La principal escuela política y el lugar donde se ha venido templando la armonía que debe existir en un espacio que pretende ser Patria.

Los constituyentes, que siempre van muy apurados y toman muchas decisiones a mil por hora, volvieron a equivocarse poniéndole término al Senado de Chile. Una verdadera provocación al sistema político o una invitación a votar rechazo el mismo día 4 de septiembre que varios senadores asumieron como Presidente de Chile. Algo huele mal en estas decisiones.

Tengo la sensación que un auto va veloz e imprudente en la dirección contraria a la que va la mayoría, pero sigue creyendo que va bien porque muy pocos le advierten que va contra el tránsito. Hay que hacerle señas para que pare porque tarde o temprano se dará cuenta que iba por el camino equivocado.

La historia del Senado es la historia de nuestra república y hacernos creer que no tiene sentido su funcionamiento es del todo absurdo. Peor todavía si se propone un cambio que cambia muy poco. La representación proporcional es un gran tema en la configuración de los cuerpos legislativos, especialmente en el tema de la representación popular de cada una de las ciudades que eligen a sus senadores.

En Chile no es exactamente proporcional, porque asegura al menos dos senadores y tres diputados, por cada circunscripción o grupo de ciudades. Así por ejemplo, Santiago o Valparaíso, dos de las regiones más pobladas del país, tienen 5 senadores y 8 diputados, en tanto que la nueva y pequeña región de Ñuble tiene 2 senadores y 3 diputados, al igual que Punta Arenas. En concreto, la región magallánica tiene muchísima menos población que el gran Santiago y eso no se nota en la cantidad de senadores. Sus poblaciones no están en una proporción de 5 a 2.

Para el historiador Joaquín Fermandois, el Senado “ha seguido la suerte de la democracia chilena, que en lo político logró una estabilidad”, pero que desde 1840 comenzó a interactuar con los poderes del Estado y “era parte del proceso gradual de democratización, en tiempos no muy diferentes a lo que sucedía en una zona de Europa y América Latina”.

Una curiosidad. En 1949 eran senadores Arturo Alessandri Palma, Carlos Ibáñez del Campo, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende Gossens, el primero ya había sido y los tres siguientes llegarían a ser Presidente de Chile, como tantos otros senadores.

El Senado ha sido fundamental para la consolidación de nuestra democracia y resulta absurda su abolición por parte de los constituyentes.

Cuadro primer congreso nacional
PRIMER CONGRESO: mural de Nicolás González y Fernando Laroche ubicado en la Sala de Sesiones del Senado, ex Congreso.
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