El pasto del vecino no es más verde 

Publicado el at 10:23 am
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Corre la época estival y con ella se masifican los eventos culturales como los festivales de canto, los conjuntos de baile y los encuentros folclóricos. Y es aquí donde se puede ver en gran cantidad el esfuerzo de algunas comunidades que sin financiamiento de terceros logran sacar adelante verdaderos shows de identidad. Ese es el caso de localidades de Puchuncaví, como Campiche, que cada año celebra un gran encuentro que culmina con el Festival del Poroto Verde.

Jimena Améstica Zavala
Periodista

Muchos en la localidad e incluso en toda la comuna recuerdan la ciudad como una zona agrícola. Si bien hoy mantiene algo del rubro, ya no es como antes, de ahí los nombres de sus actividades, recordando su historia, su naturaleza. 

Sin embargo, este es un mínimo ejemplo de lo que ocurre en el verano con las comunidades. Tenemos el lado opuesto de comunas muy cercanas que dejaron de lado el sentido local, basando sus shows en artistas externos sin darle un espacio a los locales, que aunque se ofrecen suelen continuar ausentes porque no hay dinero.  

Ahí vemos la contraparte, de municipios atiborrando de carteles las ciudades con anuncios de cantantes externos en momentos cuando se debería buscar afianzar aún más la identidad local y mostrarle algo diferente a los turistas. 

¿Dónde van quedando las raíces si solo nos alimentamos de una industria cultural externa? ¿Cómo nos diferenciamos entre una comuna y otra si todas elegimos el mismo plato? Ya se ven las famosas giras de artistas que van de ciudad en ciudad y podemos ver una cada día. 

No hablo de no reconocer el talento de algunos que incluso han alcanzado las emisoras, pero la balanza no está equilibrada, y lo local debería ocupar gran parte de lo público. Pareciera que existiera una necesidad de igualar las ciudades, incluso las más recónditas dentro de la región que buscan ser un nuevo Santiago pero con menos presupuesto. 

Pareciera broma, pero por aquí vemos al doble de Luis Miguel, por allá a la doble de Mon Laferte, por acá al doble de Ricky Martin. ¿Cuándo se termina la imitación y la cultura chilena del cover? Teniendo en cuenta tantos músicos que salieron desde comunas pequeñas, lugares alejados y que han hecho por sí mismos la ruta de la música, pero siempre con una base en sus comunas. 

Es verdad, muchos no han sido profetas en su tierra, pero el municipio sirve a la comunidad, haciendo valer con su presupuesto los sueños y las necesidades de cada uno de sus integrantes. Pero ese es el problema, cuando la política ya no tiene esa utopía. 

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