Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
La ministra Camila Vallejos declaró en un punto de prensa, que Piñera dejó al país “patas pa’ arriba”, con lo cual estamos de acuerdo, pero supongo que la ministra también entenderá y estará de acuerdo con que hoy en día el país está “manos arriba” con la delincuencia desatada.
No solo Piñera, también Bachelet, fallaron profundamente en la aplicación de medidas de seguridad urgentes, como detener la inmigración, impedir el ingreso de delincuentes a través de la frontera y permitir el terrorismo del sur.
Pero no significa que ahora estemos mejor. La percepción de inseguridad es la mayor de nuestra historia afectando a más del 90% de la población. En nuestra región, uno de cada cinco hogares dice haber sido víctima de un delito, como lo indica la Encuesta Nacional de Seguridad Ciudadana. O sea, estamos con las manos arriba.
Cada mes los datos son más alarmantes y con cifras oficiales de instituciones del Estado de Chile. Durante todo el año 2022, hubo casi dos secuestros confirmados diarios, según señala el Informe de la Fiscalía Nacional. Las cifras oficiales de Gendarmería confirman que hoy día están operando desde las cárceles chilenas, mil 282 bandas criminales debidamente identificadas. O sea, estamos con las manos arriba.
En el tema de la expulsión de inmigrantes ya vimos la exigencia que hacía Renovación Nacional al gobierno, pidiéndole la urgente expulsión de 12 mil inmigrantes irregulares ya identificados por los servicios policiales. Lo que hay de fondo es que comenzó la llegada de venezolanos con prontuario durante la pandemia, los que aumentaron el nivel de homicidios en Chile, subiendo de 3,3 a 6,7 por cada cien mil habitantes. Una gran parte de los inmigrantes delincuentes se han organizado bajo el terrible y despiadado mando del Tren de Aragua, con operaciones desde Arica a Puerto Montt. Parte de la jefatura de un grupo que operaba en Quillota, Quilpué y Viña del Mar, fueron detenidos y se encuentran presos.
En sus cuatro últimos años, 2018 a 2021, Piñera expulsó del país a 6.668 inmigrantes, mientras que, entre marzo 2022 y noviembre de 2023, Boric lleva cerca de 1.852 expulsiones, según cifras de la PDI y el Servicio Nacional de Migraciones. Los expertos dicen que falta mucho todavía, ya que los ingresos del 2022 y 2023 son los más altos en 50 años y que el promedio de expulsiones anuales es muy bajo comparado con la llegada de nuevos delincuentes. Influyó la nueva Ley de Migraciones del 2022, que abre mayores posibilidades a los inmigrantes para impedir o retrasar su expulsión.
Pero la inseguridad es cosa seria. Los asaltos de pandillas a casas con gente adentro han aumentado considerablemente, sembrando el terror en nuestra zona. Los robos en las calles, los portonazos, los motochorros, los ajustes de cuenta de traficantes de drogas, la participación de menores en los delitos, los robos de cosechas, ya sea de paltas o de otros frutos también se han intensificado. O sea, estamos manos arriba.
Un grupo de alcaldes de la Región Metropolitana han dictado decretos de emergencia comunales y peticiones de estado de excepción. Hay una tarea urgente para coordinar la seguridad municipal con las policías y nada se hace al respecto. Como parte de todo el desorden en seguridad y la falta de mando del gobierno, han comenzado a aparecer guardias personales, blindajes en las casas y autos, guardaespaldas, cámaras de televigilancia por todos lados, y alarmas, todos nuevos servicios para un país que sufre con la delincuencia. O sea, estamos manos arriba.
La falta de gobierno ha permitido una creciente inseguridad que, sin duda, se verá reflejada en el resultado del plebiscito del domingo, donde la mayoría de los votantes marcará A Favor, para protestar por la falta de seguridad en Chile.
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