Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Varias veces he escuchado que los nuevos negocios tienen que ser de alimentos, que es lo que la gente busca. Hemos visto el crecimiento de grandes empresas como los diversos supermercados y el surgimiento de familias que cocinan para otras familias, ofreciendo empanadas, congrio frito con ensalada, humitas o pastel de choclo. Todos buscándole por el lado de la comida.
También hay otros que apuestan a las nuevas tendencias digitales que están cambiando nuestra convivencia, pero siempre con más incertidumbres que certezas.
Sin embargo, lo fijo de lo que viene es que habrá más gente de la tercera edad y también de la cuarta edad viviendo entre nosotros. Y si uno piensa en ellos, hay mil oportunidades para hacerles mejor su vida y proyectar nuevos negocios.
Aclaremos primero que son personas que ya tienen su vida resuelta, que tienen un “sueldo” fijo que les durará toda su vida, que nadie los puede “despedir”, que tienen muchísimo tiempo, que tienen muchos requerimientos, que son personas que viven el final de su historia.
Un emprendedor diría que son una “oportunidad de negocios” y es verdad. Falta mucho para ellos. Más fiestas bailables, elecciones de reinas y reyes de la tercera edad, comida saludable de acuerdo a diversas enfermedades: diabetes, obesidad, debilidades musculares, auditivas, visuales o de movilidad, etcétera. Además, piden entretención, tanto personal como colectiva. Es decir, salas de cine, talleres, diálogos de época, desayunos colectivos, cursos para manejar su celular y abrirse espacio en otros mundos, reconectarse con familia y amigos, dialogar con mucha gente.
Muchas personas de sobre 70 comienzan a sentirse como muebles viejos dentro de las casas familiares y necesitan salir a hogares donde puedan vivir con más personas, combatir la destructiva soledad y darle un nuevo sentido a su vida. Se necesitan muchos más hogares, pero con más reglamentos y exigencias de todo tipo.
Otra necesidad es la construcción de viviendas senior, por ejemplo, lo que significa que una inmobiliaria pueda construir 40 casas, pero cuatro de ellas se encuentren preparadas para personas mayores de 70 años, que sean autovalentes y que puedan tener espacios y muebles construidos para ellos. Duchas seguras, pisos planos sin escalas, manillas de apoyo y barandas en todas las áreas, en general, una arquitectura basada en asegurarles una vida mejor a los mayores.
Han mejorado las políticas públicas para los mayores de 60, pero todavía falta demasiado. En muchos países europeos no pagan la movilización pública, trenes o buses. También tienen entradas liberadas o rebajadas al 50% en todos los espectáculos. Es tanto el desarrollo de estas políticas que ni siquiera piden el carnet, les basta con mirar que se trata de una persona mayor y cobrar la tarifa especial. En medicamentos se ha avanzado, pero aún es necesario que las farmacias comunales puedan ayudar más a los enfermos crónicos, que tienen que ser medicamentados de por vida.
Las cifras son muy claras para determinar nuestro futuro. En el 2014 hubo en promedio 20 mil nacimientos al mes, en el 2024 hubo apenas 12 mil al mes. Otro dato duro: en 1992 nacieron 279.059 niños en Chile, mientras que en el 2023 los nacimientos fueron 174.789. Esto representa una tasa de natalidad que está entre las más bajas de Latinoamérica y que proyecta un importante aumento del envejecimiento poblacional.
Según las proyecciones, si hoy las personas mayores de 60 años representan un 11%, en el 2050, o sea, en 25 años más, representarán el 32% de la población del país. Tres de cada diez chilenos tendrán más de 60 años. Eso tiene dos consecuencias: hay que implementar una política para incentivar tener hijos y, por otra parte, hay que desarrollar el sistema para acoger a la población más adulta.
La familia seguirá siendo la clave de todo. Matrimonios que se atrevan a tener más hijos. Familias que se preocupen de cuidar a sus abuelitos.
*Fotografía de Redes Sociales.
