Fue lo primero que dijo después de estar tres semanas intubado. Hoy, es uno de los tantos que ha vencido al Covid-19
EL MELÓN.- De una bella historia de amor han sido protagonistas Patricio y Sole. Ambos son de El Melón, se conocieron cuando niños y comenzaron a pololear cuando aún eran adolescentes. Él andaba en los 14 y ella en los 13. A esa edad fueron padres y han estado juntos por casi treinta años. Tienen dos hijos, de 25 y 16 años. “Ha sido hermoso -dice Sole, a través del teléfono- pero con altos y bajos, como todo matrimonio. Hemos criado a dos hijos, estuvimos juntos en mi lucha contra un cáncer y, ahora, nos tocó esta otra lucha, donde también la dimos muy unidos”.
Ella habla de la lucha que su marido, Patricio, inició el 29 de mayo de este año. “Él venía en un bus -cuenta Sole- de su trabajo como chofer de camiones en faenas mineras, en Antofagasta. En el bus se supo de una persona enferma de Covid-19 y de la necesidad de cuarentena de sus acompañantes. Él, que no se sentía bien, nos llamó por teléfono y dijo que seguiría hasta el Hospital de Quillota. Mi hijo y yo fuimos hasta allá”.
Patricio, que realmente no estaba bien, quedó hospitalizado en espera de saber los resultados de los exámenes y ver su evolución. Le pidió a su familia agüita y un celular. Su nivel de sofocación era alto y los síntomas del Coronavirus progresaron rápido. Luego de estar unos días internado en una sala de Medicina, lo trasladaron a la Unidad de Cuidados Intensivos. Estuvo intubado, con ventilador y en muchos momentos en gravedad extrema.
Sole, que estuvo en cuarentena por ser contacto estrecho con su marido, dice que por mucho tiempo no supo de él. “Me llamaban, amablemente, todos los días de la UCI. Me decían que Patricio seguía estable. Eso era que estaba igual. Hasta que, al día siguiente del Día del Padre (el 22 de junio) me dijeron que había despertado de su estado de coma. Había estado muy malito, intubado y no hablaba mucho. Lloraba con facilidad y quería comunicarse conmigo”.
“¿TE QUIERES CASAR CONMIGO?”
Cuando Sole sintió la leve voz de Patricio, después de más de veinte días, le volvió el alma al cuerpo. “Yo estaba feliz -dice- pues algo me decía que seguiríamos juntos. No se le entendía bien, porque había estado con un tubo en la tráquea por casi tres semanas. Me dijo muchas cosas, pero lo principal fue preguntarme: ¿Te quieres casar conmigo por la Iglesia? Yo le dije que sí, pero que sólo se preocupara, por ahora, de cuidarse y recuperarse, que ya tendríamos tiempo para muchas cosas. Lo que pasa es que nosotros sólo estamos casados por el civil”.
Entretanto, Patricio pudo apreciar la calidad humana de los médicos, las enfermeras y toda la gente que lo atendió. Dice estar muy agradecidos de ellos, de Dios y de sus vecinos y amigos. Hasta del jefe del su trabajo en el norte que no dejó de preguntar por él. Y en la Población La Unión de El Melón dieron muestras de que el nombre de la villa no había sido puesto al azar.
“Llevamos acá -dice Sole- como 12 o 13 años. Somos de los primeros que llegamos y Patricio, mis hijos y yo somos muy apreciados. Mientras yo estaba en cuarentena preventiva me llamaban todos los días por teléfono, preguntaban por mi marido y siempre encontraba bolsas con alimentos colgados de la reja. Creo que vivimos en un lugar que es muy especial y con gente muy solidaria. Aquí la persona no está infectada, está enferma y se le ayuda”.
CUANDO “LA UNIÓN” NO SÓLO ES UN NOMBRE
Patricio fue progresando en su mejoría hasta que le dijeron que estaba bien y que podía volver a su casa. “Yo lo supe -dice Sole- y en mi felicidad se lo conté a mis vecinos. Ellos también debían compartir este momento, como lo hicieron cuando no se sabía si mi marido se salvaría”. El miércoles, en la Población La Unión de El Melón, comenzaron temprano a poner globos de colores, guirnaldas y letreros de bienvenida a Patricio. Algunos hasta usaron algunos garabatos para manifestarle su cariño: “Te extrañamos, cu….”. Una caravana con automóviles, globos, bombos y la canción “Los caminos de la vida” lo acompañó hasta el ingreso a su casa.
Patricio llegó durante las primeras horas de la noche el martes, en ambulancia, hasta su casa de calle Mataquito. Sus vecinos lo rodearon para felicitarlo. No era para menos. Había vencido al Covid-19 y también a la muerte. Entró a su hogar con una emoción que le hacía mucho más difícil las palabras. Saludó desde el balcón y tuvo que volver a su pieza.
La tarde del miércoles, desde su casa que se mantiene en cuarentena por cumplir los protocolos, dijo a “El Observador”: “Fue muy hermoso todo esto. Aún no tengo palabras para agradecer tanto cariño. Alguna vez podré decirles a todos lo importante que han sido para mí y para mi familia. Cuidaron de ella cuando yo no estaba”. Respecto de su propuesta de matrimonio religioso con Sole, lo reafirmó públicamente: “Sí, lo haremos apenas termine la pandemia”.