El hombre, de 23 años, había sido detenido siete veces en el último año
NOGALES.– El dicho popular dice sabiamente que “el crimen no paga”. Y pese a que muchos optan por el camino fácil para obtener dinero, simplemente arrebatándoselo a los demás, lo cierto es que pretender estar fuera de la ley puede provocar fatales desenlaces.
Así ocurrió con el joven melonino Diego Enrique Miranda Arcos, de 23 años, quien encontró la muerte la madrugada del domingo luego de haber vuelto a delinquir tras haber salido hace pocos meses de la cárcel.
Las horas previas habían sido de juerga y desenfreno para él y su compañero José Luis Maturana Pizarro, de 28 años, quien era el encargado de conducir un automóvil en el que transportaban diversas especies robadas. Las botellas de alcohol no faltaron para celebrar su botín pero, en medio del festejo y casi como producto del karma, fueron alcanzados por la tragedia.
Eran cerca de las 4:40 de la madrugada del domingo cuando pasaban por el kilómetro 118 de la Ruta 5 Norte. De acuerdo a información policial, y producto del alto consumo de alcohol, José Maturana perdió el control del vehículo, chocando contra la barrera de contención para luego volcar.
Totalmente ido, el hombre abandonó el automóvil y comenzó a caminar por la carretera, sin rumbo, quizás tratando de huir o tal vez en busca de ayuda. Fue interceptado por personal de carabineros de la Tenencia de Carreteras de Hijuelas, quienes encontraron al hombre con el rostro cubierto de sangre y en evidente estado de ebriedad.
Juntos, el personal policial y el conductor del vehículo llegaron hasta el lugar del accidente, donde pudieron ver que debajo de los fierros retorcidos del móvil se encontraba el cuerpo sin vida del joven Diego Miranda, cuya muerte fue constatada minutos después por el personal de SAMU de La Calera.
De igual manera, y tras una breve inspección del auto, los efectivos policiales pudieron constatar que en su interior se hallaban diversas especies que habían sido reportadas como robadas.
Luego de efectuar una prueba de alcotest, el examen arrojó que Maturana se encontraba con 3,1 gramos de alcohol en su sangre, con lo que confirmaron el estado de ebriedad del conductor.
Por indicación de la fiscal de turno de La Calera, Javiera Beltrán Astete, al operativo fue convocado el equipo SIAT de San Felipe y Labocar de Valparaíso. Además se dispuso que el conductor del vehículo pasara a disposición del control de detención, por su responsabilidad en los hechos.
Cabe mencionar que el fallecido había salido hace poco de la cárcel por diversos delitos, entre los que se encuentran robo en lugar habitado y robo en lugar no habitado. Incluso, el próximo 25 de julio debía presentarse en el Tribunal de Quilpué para buscar una medida alternativa y así continuar pagando sus diversos crímenes.