Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
La seria y profesional encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) se transforma en una medición del estado de ánimo del país.
En verdad, no se necesita una encuesta para darse cuenta de la situación confusa, contradictoria y peligrosa en que se encuentra la nación.
Vivimos todavía años de tensión por la falta de una solución sobre las pensiones y el drama sigue igual: una persona trabaja 35 años, se pensiona y queda recibiendo el 20% del sueldo que tenía cuando estaba activo. ¿Quién puede entender eso? Sin embargo, los políticos y las autoridades públicas (con altos sueldos asegurados) no tienen ningún apuro en buscar soluciones. Tramitan y tramitan, sin poder interpretar la angustia de quienes después de trabajar toda su vida se quedan con un ingreso miserable.
Los dos tercios de la población, asegura la encuesta CEP, califican la situación política como mala o muy mala. Sobre el 53% considera la situación económica como mala.
Un dato fundamental, que marca el valor a futuro de la encuesta es que dos tercios de la población cree que los líderes políticos deben ser capaces de llegar a acuerdos y ceder en sus posiciones político – partidistas. Traducción: afírmense para las elecciones que vienen, porque la gran mayoría de los votantes se quedará en el centro, (que los políticos hicieron pedazos) la gran mayoría quiere acuerdos para que sea mejor la vida de la gente, quiere respeto, sentido común, moderación, equilibrios. Nada de eso es lo que vemos hoy. Por eso el elector llegará a las urnas con la convicción de buscar a los más centrados y se volverá a alejar de los extremos y sus agudos cantos de sirena por refundar Chile desde la extrema izquierda o desde la extrema derecha.
Hay otro dato importante. La encuesta demuestra que el 86% cree que el trabajo duro es importante para surgir en la vida. Por lo tanto, el país está culturalmente más apegado a los valores que sustentan el capitalismo, que rige la economía desde los tiempos de Pinochet. Ningún presidente ha cambiado el sistema neoliberal y haciéndose los lesos han seguido sosteniendo el modelo hasta hoy.
Ya no habrá refundación, menos después de los dos fracasados intentos de una nueva Constitución. Los problemas sin solución como la inseguridad ciudadana, el narcotráfico, el crimen organizado, la corrupción y la inmigración desatada, le cobrarán la cuenta, no a Boric, que ya será pasado, sino a toda la centro izquierda, abriendo paso -como el péndulo lo señala- a un gobierno de centro derecha.
Los jovencitos jugando a la política dejan una mala experiencia por falta de experiencia. La improvisación y las declaraciones destempladas son dañinas para convivencia. La falta de acuerdos en temas fundamentales (pensiones, por ejemplo) marcan la condena que hacen los ciudadanos de los políticos y los partidos políticos, que los ubican en el lugar de mayor desconfianza entre todas las instituciones del país.
La buena noticia es que no vendrán sobresaltos políticos que alteren nuestra democracia porque los electores en octubre de este año, en las elecciones municipales y regionales, sabrán poner punto final a todo tipo de refundaciones, promoviendo a la pasada reformas graduales, consensuadas y sostenidas dentro del sistema neoliberal que usamos.
Hemos presenciado el lamentable espectáculo de la designación de candidatos, “verdaderas peleas a cuchillo” por imponer un nombre sobre otro y en el mismo sector. En ningún caso piensan en Chile, ni en el bien común, solo se mueven por los egos personales y los intereses de los partidos.
Así, no puede ser bueno nuestro estado de ánimo como país.
*Imagen de Redes Sociales