La partida del relojero José Solís Gómez pone en riesgo el oficio que ejerció por casi 40 años
LA LIGUA.- Fueron casi 40 años en los que religiosamente José Solís Gómez atendió la “Relojería Quartz”, ubicada en calle Ortiz de Rosas frente a la Policía de Investigaciones, en la comuna de La Ligua. La entrañable amabilidad con la que recibía a sus clientes, ya es algo que la ciudad comienza a extrañar.
Liguano de nacimiento, José, estudió en la Escuela Superior Nº1, donde aprendió el arte de la relojería, oficio al que se dedicó el resto de su vida. Luego de terminar sus estudios, formó una familia junto a su esposa, con quien estuvo casado por casi 36 años y tuvo dos hijos con los que vivía en calle Talanquén, en el sector de El Rayado.
Tan bueno era en su oficio que, según cuenta Ignacio, el menor de sus hijos, recibió muchas veces ofertas de grandes empresas que requerían sus conocimientos, sin embargo, siempre prefirió su independencia y continuar con su pequeño local, que atendía con gran responsabilidad cada día.
“Él amaba su trabajo, siempre me dijo que esa pega no la hacía cualquiera”, recuerda su hijo menor, al mismo tiempo que señala que “era un hombre tranquilo, cordial, respetuoso y le gustaba tirar la talla, siempre tenía una sonrisa a flor de labios”.
José era un hombre activo y saludable, regularmente salía a practicar mountain bike, no fumaba ni tomaba alcohol. Fue precisamente por eso que la repentina alza de presión que sufrió el 28 de febrero llamó la atención. Tan fuerte fue, que debió ser trasladado hasta el Hospital San Martín de Quillota.
En aquel centro de salud tuvo una notable mejoría a los pocos días, sin embargo, el miércoles pasado sufrió una nueva alza de presión que su cansado corazón no pudo tolerar.
Fue así como, lejos de su tierra natal y su negocio, falleció con sólo 58 años quien fuera hasta hace menos de una semana el último relojero de La Ligua. Con su partida, podría morir un oficio, pues su familia aún está decidiendo qué pasará con el local que por más de tres décadas fue atendido por José Solís.
Su cuerpo fue trasladado de regreso a La Ligua el jueves, para ser velado en su casa y tener su misa de despedida en la Parroquia de La Ligua, donde fue acompañado por decenas de sus amigos y familiares. De ahí, fue llevado al cementerio de La Ligua.