Hace unos días se reinauguró el Museo Mirador Lukas, ubicado en una bella casa del paseo Gervasoni, en el cerro Concepción de Valparaíso.
Por fin la obra del gran Lukas, Renzo Pechennino, luce más completa y se pueden ver y disfrutar sus “monos” con los que instaló su humor y sus agudas observaciones, en los más diversos medios escritos del país.
La revista “Mampato” que dirigió por un tiempo; la revista Topaze y El Pingüino, de humor político; el clásico chiste de la revista del Domingo; sus colaboraciones diarias para “El Mercurio” de Valparaíso y Santiago, para “La Segunda” y “La Estrella”. También sus inicios en el diario “La Unión” de Valparaíso, donde con su dibujo-opinión, se ganó un lugar en la página editorial, transformándose en el primero en Chile en acceder a ese espacio periodístico.
Todo lo que miraba lo veía distinto. Tenía esa capacidad de ver lo que los demás no vemos, y además, ponerle alegría a su mirada. Quiso ser arquitecto pero se transformó en el historiador de nuestras ciudades. Un trazo libre, que puso paisajes urbanos conocidos –especialmente de su Valparaíso adorado- como telón de fondo de sus personajes.
La creación de “Don Memorario” le permitió sostener un diálogo entre generaciones, dar opiniones casi sociológicas y hacer que muchos entendieran el mundo que les tocaba compartir.
Lukas siempre tuvo cariño por “El Observador”, seguramente porque ahí vive su hermana Normita y porque le gustaba comparar a Quillota con las demás ciudades de Chile. Cuando en septiembre de 1971, nuestro diario cumplió su primer año de vida, la portada de esa edición la dibujó con esa victoria donde el cochero y el caballo leen el diario y que se transformó en nuestro logotipo. Hizo también la portada del tercer aniversario y la de los 10 años, donde dibujó una vista de Quillota desde Boco, en la que él aparece dibujando y las victorias cruzando el puente sobre el río Aconcagua. Todas son excelentes ilustraciones que hoy forman parte del patrimonio de nuestra empresa.
La remodelación de su museo, se hace para conmemorar los 30 años de su muerte. Nos hicimos presentes en esta ceremonia, entregando la portada de septiembre de 1980, para sumarnos a los merecidos homenajes a un hombre excepcional, que por tantos años nos regaló su alegría para mirar la vida.
¡Gracias querido amigo Lukas!