Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Muy aburridos tienen que haber estado los diputados esa mañana del pasado 25 de octubre como para votar el cambio de nombre del Hospital Biprovincial Quillota-Petorca, intentando rebautizarlo como “Dr. Salvador Allende”.
Aburridos y sin tema, sin ganas de preocuparse de los verdaderos asuntos que le importan a la gente. Con el país haciendo agua por todos lados, los señores diputados y diputadas votando -porfiadamente- por cambiarle el nombre a un hospital. Y no se crean que fue la pura votación, no, ellos tienen tiempo y estuvieron más de una hora debatiendo y diciéndose todo tipo de improperios, ofensas, gritos y gestos destemplados.
Para ponernos a tono con esa “elevada” discusión parlamentaria, digamos que mientras un diputado decía que Allende era el Padre de la Medicina en Chile y gestor de grandes proyectos sociales, el otro le contestaba que se trataba de un médico que había propuesto un tratamiento obligado para los dependientes de droga y alcohol y la esterilización de todas las personas enfermas mentales.
Como si todo eso fuera poco, la votación se realizó después que 13 mil personas de la comunidad de la zona firmaran registros con su nombre, Rut y firma, los que fueron respaldados por la firma de un Notario y entregados a la señora Ministra de Salud en el propio Congreso Nacional.
El diputado por Viña del Mar, Tomás de Rementería, PS, se atrevió irresponsablemente a decir que las firmas eran “truchas”, ofendiendo a miles de personas que pensamos distinto a él y vemos con asombro que sus palabras injuriosas lo único que hacen es aumentar el descrédito de la política. Ni siquiera revisó las firmas y tiene cara de hablar en el hemiciclo diciendo falsedades.
Al diputado De Rementería le fue mal con la sorpresiva colocación en tabla para su votación de un proyecto de resolución, que lleva el Nº 594, y que pretendía colocar el nombre de uno de los personajes de nuestra historia que más ha dividido a los chilenos, a un hospital que es un lugar de encuentro, donde las personas enfermas buscan apoyo y ayuda, donde hay emociones y afectos, un espacio de acogida, y no en un espacio que ya por su nombre divida a la gente.
En la votación hubo 57 diputados a favor, 58 en contra, cinco abstenciones y 45 AUSENTES (igual a fin de mes les pagan todo el sueldo).
De Rementería en toda su intervención nunca pudo decir nada que relacionara el nombre de Allende con Quillota o con las comunas de las provincias de Quillota y Petorca. No tiene ningún fundamento histórico que se lo permita. Fracasó en este intento y ojalá se dé el tiempo de revisar las firmas y de aprender que hay que respetar la voluntad ciudadana.
El diputado Johannes Kaiser del partido Republicano le contestó señalando que Allende quiso hacer esterilizaciones y tratamientos obligados a personas enfermas. Y agregó que se trató del Presidente más nefasto de la historia de Chile. En forma muy torpe, De Rementería había señalado que no estaban tratando de ponerle “Presidente Allende” al hospital, sino “Dr. Allende”, como ratificando que no tuvo méritos como Presidente de la República.
Los ciudadanos que tendremos que ir a votar este domingo 17 de diciembre para la aprobación o rechazo de la nueva Constitución, tenemos todo el derecho a sentir que estas señales demuestran que los políticos andan perdidos, muy lejos de las verdaderas preocupaciones del pueblo.
No parecen tener interés en que la política sea respetada por todos los ciudadanos.
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