El cuento del tren

Publicado el at 02/08/2024
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

Cuando el Presidente Boric anunció que el trazado del tren sería siguiendo la vieja línea entre Valparaíso y Santiago, desestimando las opciones por Casablanca y Quilicura, muchos pensamos que se trataba de un nuevo cuento político, lanzado como un volador de luces para distraer el ambiente y no enfrentar los verdaderos problemas de Chile.

En esa ocasión el mandatario señaló que se trataba de volver al trazado antiguo por un tema social ya que, de ese modo, poblaciones como Rungue, Meiggs, Llay Llay, podrían tener una mejor conexión. También dijo que daría trabajo, que sería un proyecto muy importante para la región.

“Todo el tema huele a cuento”

Sin embargo, esa vez, hace más de un año, ya propuso planes de ejecución raros, porque estaban completamente fuera de su mandato. La licitación ahora y las obras en el 2028.

El Ministerio de Obras Públicas acaba de anunciar que la licitación del estudio integral para que vuelva el tren falló. Las dos empresas que se presentaron venían con estudios que significaban mucho más dinero que el ofrecido por el gobierno. Expertos dicen que el llamado a licitación estaba mal hecho. El gobierno, para parchar el problema, dice que volverá a llamar a licitación a fin de año. Creo que es otro cuento, aunque siempre de locomotoras.

Lo que pasa es que todo el tema huele a cuento. Los plazos se seguirán corriendo para un inicio de obras al final de esta década y trabajos por cinco años más, lo que indica que, si todo es verdad, si es que realmente existe la voluntad de reconstruir este trayecto, podría funcionar cerca del 2035.

Proyecto de Tren Valparaíso Santiago 2023
En la Estación Limache de EFE Valparaíso el Presidente Gabriel Boric anunció, como parte del proyecto “Trenes para Chile”, la restitución del tren de pasajeros entre la Región de Valparaíso y la Región Metropolitana.

“Lo único que este gobierno y los anteriores saben hacer, rápidamente, son las líneas del Metro de Santiago”

¿Quién podría asegurar que el próximo gobierno tendrá interés en este proyecto? Nadie, por el contrario, lo más probable será que abandone la idea y se hayan perdido cientos de millones de pesos en estudios inútiles. La licitación anterior no era entre Valparaíso y Santiago, pero como este gobierno la dio por cerrada, tuvo que pagarle una porrada de millones de pesos a las dos empresas que habían realizado estudios para presentarse a la licitación.

Para colmo, no existe una política ferroviaria en Chile. El mejor ejemplo son todas las vueltas que se han dado para reactivar los 24 kilómetros entre Limache y La Calera, que la Empresa de Ferrocarriles del Estado anuncia tímidamente que podrían estar concluidos en el 2030.

Lo único que este gobierno y los anteriores saben hacer, y rápidamente, son las líneas del Metro de Santiago. Allá, por arte de magia, largas extensiones se construyen en poco tiempo y con muchas estaciones. La diferencia entre la capital y las provincias cada vez es más vergonzosa. El centralismo nos sigue ahogando. No habrá desarrollo si no se desarrollan las provincias.

El trazado Valparaíso – Santiago, una obra descomunal para haber sido realizada a mediados del siglo XIX, se demoró poco más de seis años en su construcción, entre 1857 y 1863. Han pasado 160 años y el Estado es más lento, tiene menos visión y sigue preocupado solo de Santiago. ¿Usted cree que si Temucuicui estuviera en Ñuñoa ya no lo tendrían desmantelado? Santiago se cree Chile, pero no es Chile.

“Hay que fijar un rumbo que se mantenga a pesar de los cambios políticos”

Es lamentable que la fallida licitación para los estudios del tren Valparaíso – Santiago aparezca casi como una prueba de que todo era puro cuento, puro humo.

Pensar el país, las regiones y las comunas a largo plazo es la gran tarea, para fijar un rumbo que se mantenga a pesar de los cambios políticos. Especialmente ahora que todos los analistas auguran un péndulo de reloj en las elecciones, es decir, pasaremos de la izquierda a la derecha y de la derecha a la izquierda. Por eso hay que fijar un rumbo y saber mantenerlo, para que los grandes proyectos primero sean en serio y, segundo, se puedan hacer realidad.

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