Por: Dr. (c) Elías Bracho Cordero
Académico de la carrera de Ingeniería Civil Industrial
Escuela de Ingeniería y Negocios
Universidad Viña del Mar.
OPINIÓN.- El cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más significativos de nuestro tiempo, afectando a todas las esferas de la sociedad, incluidos los negocios. Las empresas ya no pueden permitirse ignorar este fenómeno; por el contrario, deben integrar consideraciones climáticas en sus estrategias y operaciones. Esta integración no solo es una cuestión de responsabilidad social, sino también una oportunidad para innovar y mejorar la competitividad.
Por ende, los objetivos estratégicos de todo negocio, en este contexto del cambio climático, son de relevancia respecto al pensamiento basado en riesgos que establecen los estándares internacionales de sistemas de gestión. Los riesgos incluyen eventos climáticos extremos, cambios en los patrones de precipitación y el aumento del nivel del mar, que potencialmente pueden afectar la cadena de suministro de importantes sectores industriales, la infraestructura de las operaciones portuarias, y evidentemente, la afectación a la seguridad y al estilo de vida de los habitantes.
Por otro lado, el cambio climático también ofrece oportunidades. Las empresas pueden innovar en productos y servicios sostenibles, mejorar la eficiencia energética y reducir costos operativos. Adoptar prácticas sostenibles puede atraer a consumidores e inversores que valoran la responsabilidad ambiental.
Las normas ISO de sistemas de gestión, como la ISO 9001 para la gestión de la calidad, ISO 14001 para la gestión ambiental, ISO 50001 para la gestión de la energía, entre otras buenas prácticas que demuestran la responsabilidad social empresarial, proporcionan marcos útiles para integrar consideraciones sobre el cambio climático en la gestión empresarial.
El Foro Internacional de Acreditación (IAF) y la Organización Internacional de Normalización (ISO) subrayan la crucial relevancia del cambio climático para el desarrollo sostenible, alineado con el Acuerdo de París de 2015, que establece un marco global para limitar el calentamiento del planeta por debajo de 2°C. En respuesta a esta creciente preocupación, la ISO emitió el 23 de febrero de 2024 enmiendas denominadas “Acciones relativas al cambio climático”, que se integrarán en las normas ISO de sistemas de gestión existentes.
La ISO 14001, por ejemplo, ayuda a las organizaciones a establecer un sistema de gestión ambiental que puede incluir, con más énfasis, la evaluación y gestión de los riesgos climáticos. La ISO 50001 se centra en la gestión de la energía, promoviendo una mayor eficiencia energética y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas normas no solo facilitan el cumplimiento regulatorio, sino que también fomentan una cultura de mejora continua y sostenibilidad.
Para integrar eficazmente el cambio climático en los objetivos empresariales, las empresas deben comenzar por definir metas claras y medibles orientadas a la reducción de emisiones de carbono y la mejora de la eficiencia energética. Estas metas deben estar alineadas con los objetivos de sostenibilidad globales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, para asegurar una coherencia con las prácticas y expectativas internacionales.
La evaluación de riesgos y oportunidades es otro componente crucial. Las empresas deben realizar análisis exhaustivos para entender cómo el cambio climático puede afectar sus operaciones. Este análisis debe incluir tanto los riesgos potenciales como las nuevas oportunidades de mercado para productos y servicios sostenibles, permitiendo a las empresas adaptarse proactivamente a las condiciones cambiantes.
Es fundamental que las consideraciones sobre el cambio climático se integren en la estrategia corporativa de la empresa. Esto significa que la sostenibilidad debe ser un elemento central en la toma de decisiones, la planificación a largo plazo y la gestión de riesgos. Al hacerlo, las empresas pueden asegurar que sus operaciones y estrategias futuras sean resilientes y estén preparadas para enfrentar en forma más eficaz los desafíos del entorno.
El compromiso con las partes interesadas también es esencial. Las empresas deben involucrar activamente a empleados, clientes, proveedores e inversores en sus esfuerzos por abordar el cambio climático. La transparencia y la comunicación efectiva son claves para ganar el apoyo y la confianza de estas partes interesadas, lo que puede facilitar la implementación de estrategias sostenibles y aumentar la reputación corporativa.
Finalmente, la inversión en tecnologías sostenibles puede ser un diferenciador clave para las empresas. Adoptar tecnologías que mejoren la eficiencia energética, reduzcan las emisiones y minimicen el impacto ambiental no solo puede reducir los costos operativos a largo plazo, sino también posicionar a la empresa como líder en innovación y sostenibilidad dentro de su sector.
El papel de la educación en la gestión del cambio climático es fundamental para la promoción de profesionales y gradados con un alto componente ético y apegado a las buenas prácticas empresariales. Desde la Universidad Viña del Mar, en nuestras carreras de Ingeniería Civil Industrial, así como en el programa de Magíster en Sistemas Integrados de Gestión de la Calidad, nos esforzamos por preparar a los futuros líderes empresariales para enfrentar estos desafíos y agregar valor a la sociedad con un alto componente de responsabilidad social empresarial y de los negocios. A través de la educación y la investigación, capacitamos a nuestros estudiantes para que comprendan la importancia de la sostenibilidad y el cambio climático, y cómo pueden integrarlos en los objetivos estratégicos de las organizaciones.
La educación en sostenibilidad no solo implica la enseñanza de principios teóricos, sino también la aplicación práctica de estos conceptos en el mundo real. Fomentamos proyectos y colaboraciones que permitan a nuestros estudiantes experimentar de primera mano la gestión sostenible y la innovación en el contexto empresarial.
A medida que avancemos hacia un futuro más sostenible, las empresas que lideren el camino en la gestión del cambio climático estarán mejor posicionadas para prosperar en un mundo en constante cambio.
Integrar consideraciones sobre el cambio climático en los objetivos estratégicos no solo es una necesidad ética y regulatoria, sino también una oportunidad para innovar y crecer.