El amor como tema central de la vida

Publicado el at 7:20 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

A propósito del Día de los Enamorados, del Día del Amor y la Amistad, que se celebró hace un par de días, tiene sentido intentar responder a la pregunta de dónde y cómo viene el amor.

Hay varias respuestas. La más evidente es el amor de madre, que una mujer cultiva creando a un hijo en su vientre durante 9 meses, y después al sacarlo, lo muestra como una parte de ella, que salió desde el fondo de su cuerpo y su alma, una criatura que lleva rasgos físicos y espirituales de sus progenitores. El amor del padre, que se queda un poco afuera, necesita un trabajo especial para incorporarse y ser parte de esa nueva obra de la creación.

El amor de los hijos es más variable. Dicen que los amores van sangre abajo, río abajo, es decir desde los mayores hacia los menores, y se produce ese amor incondicional de los padres por sus hijos y los abuelos por sus nietos. Pero para los hijos y los nietos es distinto, es amor hacia arriba, desde los más jóvenes a los más mayores, ellos van río arriba en la corriente del amor. Y como sabemos, siempre es más difícil nadar en contra de la corriente. Eso no significa que los hijos no puedan llegar a sentir ese amor incondicional que tenemos los padres y abuelos.

Pero ese es el amor que viene con la sangre. ¿Y el otro? El amor que se produce entre dos desconocidos, entre dos personas que nunca antes se vieron pero que de pronto se descubren. Y se gustan. Y se aman. Y se funden. ¿De dónde sale ese amor?

Hay muchas teorías. Unos dicen a primera vista, otros un poco más lentito, conociendo mejor. Y hay quienes creen que hay seres predestinados a amarse, que da lo mismo lo que haya pasado antes, porque tarde o temprano se encontrarán.

Para los científicos hay razones demostrables. Por ejemplo, cuando besamos o abrazamos, liberamos oxitocina, la famoso hormona del amor, que produce bienestar y que hace que nos sintamos bien con quien besamos o abrazamos. Estar enamorados provoca el aumento de diferentes sustancias cerebrales, como la dopamina, la adrenalina y la serotonina, que estimulan diversos órganos de nuestro cuerpo. Todo esto ayuda en las conexiones entre dos personas, por eso tantas veces se habla de la “química del amor”.

Pero el amor todo lo cura y todo lo salva. Por eso la doctora Denisse Montt, de la Universidad de Los Andes, asegura que: “hay estudios que sugieren que tener vínculos sociales fuertes se relaciona con una vida más longeva. Por el contrario, la soledad y el aislamiento se asocian con riesgo de muerte temprana”.

No exactamente, pero casi podríamos decir que lo contrario de soledad es amor. Nada combate mejor esta enfermedad crónica de nuestros nuevos tiempos tecnológicos. Una soledad tan concurrida, como diría el poeta Mario Benedetti. Una soledad que está agobiando a tantas personas que han perdido sus capacidades de asociarse con otras personas, y por eso, no pueden alcanzar a disfrutar del remedio del amor.

Hay muchas frases repetidas en esto de buscar y encontrar una pareja para caminar juntos por la vida. “Nunca es tarde para comenzar”. “A nadie le falta Dios”. “El amor está a la vuelta de la esquina”. “No vayas en busca del amor. Ve en busca de la vida y la vida te dará el amor”. En resumen, hay que sacar energías y pensar la vida en compañía, porque todo podría ser mejor que seguir en una soledad que ahoga.

Felices los que podemos tener un amor a nuestro lado, alguien que nos despierte con una sonrisa y nos haga dormir con una caricia. No hay más tiempo, tenga la edad que tenga una persona, el amor debe estar al centro de nuestras vidas.

 

Imagen Freepik

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