Una gran mayoría de las personas mayores de 65 años que trabajan tiene miedo a hacerse dependientes de otros. Así lo muestra el caso de Raúl Gatica, que se hizo “viral” por el llamado de su hija a contratarlo como chofer particular por Facebook
Trabajar después de los 65 años dejó de ser una situación excepcional. La condición económica en la que quedan las personas que jubilan, en gran mayoría, son tan precarias, que obliga a invertir las fuerzas de muchos adultos mayores a continuar laborando. Algunos dicen que lo hacen por placer. Dicen que “si no trabajo, me muero”. Pero la realidad muestra que, generalmente, es porque la necesidad los lleva a mantenerse activos, en una actividad remunerada.
Más difícil es aún para quienes superan los 70 años, que acumulan casi una década de su vida como pensionados a trabajar, para mantener en algo la vida que tenían cuando recibían un sueldo, pues sus pensiones no les alcanzan para cubrir todos sus gastos.
De hecho, el 66% de los adultos mayores que trabajan en Chile lo hacen por necesidad y no por voluntad (ver gráfico), en un contexto donde los adultos mayores suelen sentir el temor de depender de otras personas, como advierte la Encuesta Sobre Calidad de Vida en la Vejez del 2019.
UN CASO QUE OBLIGÓ A PEDIR AYUDA
Raúl Gatica Moyano tiene 72 años. Su hija, Camila Mayorga Pontio, de 32, tiene una relación muy cercana con él. Ahora son “ultraconocidos” luego de hacer una publicación por Facebook, luego que la viñamarina no encontrara otra forma de ayudar a su papá a encontrar trabajo.
Raúl se quedó sin trabajo a esa edad y, de ahí, el camino para encontrar una solución estaba lleno de obstáculos. “Yo ayudaba como conductor en el reparto de productos congelados, peor ya no necesitaban más de mis servicios y me quedé sin empleo”, comenta.
Angustiado, se le había ocurrido trabajar en aplicaciones de transporte, pero él y su hija lo consideraron muy peligroso. Luego de unos días, Camila decidió apelar a la solidaridad femenina y, el 20 de abril, publicó en un grupo feminista de Facebook una foto de ambos, acompañada de una bajada en la que contaba la historia de ellos y ofrecía los servicios específicos.
“Yo soy Camila, el es mi papá ♥️ Su nombre es Raúl. Por ser mayor ya no encuentra trabajo, y quiere trabajar de chofer personal (…) Él lleva animalitos a veterinarias (ya que las app no llevan). Obviamente con manta o canil, compras o lo que necesiten.
Atenderá viajes de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde. Fono 📞 +56 9 6355 2976. ÚNICAMENTE MUJERES. ✨☺️”, decía parte del post.
El servicio lo ofrece las comunas de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana. “Para hacerse responsable de la seguridad de todos y todas, subí una foto con la cara de los dos. Yo creo que mostrar nuestra foto y contar la historia real de las cosas, hizo que la gente se diera cuenta que era algo honesto y con buenas intenciones”, expresa Camila Mayorga.
Solo bastaron unos días para que la publicación se hiciera viral, ya que muchas mujeres del mismo grupo, y amigos de la familia empezaron a compartirla para apoyar a Raúl.
AL MENOS EL 25% DE LOS JUBILADOS SIGUE TRABAJANDO
Camila Mayorga siempre ha visto a su padre ser una persona muy activa. Además -dice- disfruta del tiempo que invierte trabajando. Al perder su labor como repartidor de productos congelados, su ánimo y salud mental empezaron a decaer, tal como sucede con miles de adultos mayores que dejan de sentirse valorados al perder sus trabajos, sin que los acepten en uno nuevo o se ven imposibilitados de descansar, porque sus pensiones no les alcanzan para vivir dignamente.
Esta situación es el fiel reflejo de una realidad a nivel país y así lo constata la Encuesta Sobre Calidad de Vida en la Vejez, realizada el año 2016 por la Universidad Católica (UC) y Caja de Los Andes. Los resultados arrojaron, en el apartado de la situación económica y laboral, que 1 de cada 4 jubilados está empleado, y el 66% de ese grupo trabaja por necesidad económica.
Al respecto, Gonzalo Edwards, académico UC confirmó que gran parte de los adultos mayores deben trabajar después de la jubilación, eso si quieren mantener una vida digna y el estándar de económico que manejaban antes de jubilar.
Así lo muestra este gráfico:
El origen de esta necesidad de trabajar después de jubilar, se entrecruza con otro hallazgo de este mismo estudio, pero del año 2019, donde se advierte que uno de los grandes miedos de loa adultos mayores en Chile es depender de alguien para todas las cosas que involucran su vida. De hecho, esa preocupación aumentó entre 2016 y 2017, como se ve en el gráfico.
En el caso de Raúl Gatica, la decisión de su hija de ayudarlo se debe a que, pese a estar pensionado, la necesidad de trabajar es urgente, debido a que sus ingresos no le son suficientes para sobrellevar el mes.
“Eso es una injusticia”, acusa Camila, con cuyo relato pretende hacer visible la realidad de muchísimas personas mayores de 65 años en el país.