Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”
Ya faltan dos meses para que los candidatos a las elecciones municipales se inscriban definitivamente. Sabremos todos los que decidieron postularse a la reelección, los que van como candidatos a alcalde y los que van como candidatos a concejales.
La elección del domingo 27 de octubre (ahora parece que sábado 26 también podremos votar) servirá para que podamos elegir entre los que creemos mejores para hacer progresar nuestra comuna. Si todo fuera normal, allí debieran estar los que tienen ganas de servir y no ser servidos, allí debieran estar los que aman sus ciudades y quieren trabajar por ellas, allí debieran estar los que ya le han ganado en algo a la vida, sea con su profesión, con su actividad o sus éxitos. Por favor no se presenten los que se sienten perdedores en sus trabajos, los derrotados antes de la elección, los que andan buscando figuración o algún otro fin mezquino.
Queremos, mejor dicho, necesitamos personas con grandes ideales, libres, prudentes, equilibrados, que puedan ser capaces de conquistar las complejas audiencias actuales.
En todas nuestras ciudades nos hacen falta jóvenes en la política. Jóvenes que se presenten como concejales para irse abriendo camino en el municipio, entendiendo los procesos y buscando servir a partir de diferentes áreas de nuestro desarrollo. Jóvenes con ideas, con visión de futuro, con mirada a largo plazo.
La política nacional y local necesita con urgencia una renovación en sus cuadros, para darle tiraje a la chimenea, para mostrar caras y estilos nuevos de hacer política. Una especie de borrón y cuenta nueva para dejar atrás tantas odiosidades inútiles y construir a partir del presente, generando oportunidades distintas.
La crisis política se resolverá mejor con caras nuevas que con planes para cambiar la mentalidad de los actuales protagonistas. Pero no se trata que todos quieran ser alcaldes, lo razonable sería que fueran candidatos a concejales, para empezar a subir desde abajo, mostrando sus capacidades y habilidades en la conducción de nuestras comunidades.
Cada día la gestión municipal es más compleja y requiere de mejores personas para que los concejos municipales sean también mejores.
Sabemos lo difícil que resulta para los anticuados partidos políticos que están en cartelera, aceptar que pueden elegir caras jóvenes, hombres y mujeres, para ser incorporados en sus planes y programas. Los partidos se han acostumbrado a la dedocracia (designar con el dedo) al interior de sus organizaciones. Eso debe cambiar. Los dirigentes deben salir a buscar personas nuevas, para oxigenar los grupos políticos, para darle a cada ciudad nombres renovados que pondrán arriba de la mesa otras preocupaciones, otras maneras de mirar, y por supuesto, la fuerza de la juventud, indispensable en la construcción de ciudad.
Esto no significa descartar a los antiguos, porque también entre ellos hay gente valiosa, que pondrá su experiencia en la mejor conducción de la comuna. Pero hace falta matizar nuestros concejos con gente joven.
Los alcaldes, los dirigentes empresariales, sociales y vecinales, los directores de gremios, los clubes deportivos, los centros de madres, las uniones comunales, todos debieran buscar personas jóvenes y con voluntad de servicio público, para estimularlos y hacerlos participar en la conducción de los destinos de nuestras ciudades.
