Empresa busca aportar en regenerar la capa vegetal que fue arrasada por el incendio y las fuertes lluvias, fortaleciendo los árboles y plantas existentes y favoreciendo el crecimiento de nuevas especies.
VIÑA DEL MAR.- El megaincendio del 2 de febrero en la Región de Valparaíso, dejó un desolador panorama en sectores urbanos, pero también arrasó con el 90% del Jardín Botánico de Viña del Mar, que en total abarca 400 hectáreas.
La recuperación ha sido lenta, donde el voluntariado y los aportes han sido claves para su avance y en este sentido, la empresa química BASF donó 30 toneladas de chips de quillay, que por sus propiedades naturales facilitará la regeneración de la capa vegetal y estabilidad de los suelos, mejorando la protección de los árboles y vegetación.
El cierre de la iniciativa fue encabezado por la directora de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad de BASF para América del Sur, Cristiana Brito, durante su visita al país, y el director del Jardín Botánico, Alejandro Peirano.
“En BASF estamos muy contentos de contribuir a la recuperación del Jardín Botánico de Viña del Mar. La tarea que están enfrentando es gigantesca, las pérdidas por el incendio del verano pasado son inmensas y como gesto de buenos vecinos queremos apoyarlos desde nuestra capacidad de hacer química para un futuro sostenible”, señala Cristiana Brito.
“Este jardín representa para nosotros la conciencia de la sostenibilidad, del cuidado de la naturaleza y el medio ambiente. Como agrónomo sé que el quillay tiene muchísimas bondades y es una satisfacción aportar un grano de arena para la reconstrucción de este jardín, en el espíritu que nos caracteriza como compañía de ser parte de la comunidad donde estamos insertos”, detalló por su parte, Felipe Schneider, gerente general de BASF Chile.
¿Cómo utilizarán el chip de Quillay?
En tanto, el director de la fundación que administra el Jardín Botánico, Alejandro Peirano, explica que el chip de quillay será utilizado para mantener y acelerar la recuperación del parque.
“Nuestra prioridad es proteger los árboles, arbustos y flores. Cubrimos las raíces con este mulch (cama de chips) que los fortalece luego de los daños del incendio, las intensas lluvias o frente a otros eventos extremos. Y al mismo tiempo los protege de enfermedades por insectos, hongos o bacterias, evitando las malezas”, comentó.
Uno de los beneficios del quillay es que, al ser una especie nativa, se integra fácilmente al ecosistema y forma tierra fértil en poco tiempo, lo que permite acelerar el proceso de rehabilitación que se ha estado realizando.
“Al poner una capa de chips de quillay sobre el suelo, no pasa la luz, y eso evita que crezca maleza, lo que es un ahorro importante en limpieza. Segundo y muy importante, disminuye la evaporación, lo que nos permite ahorrar en riego”, detalla el director del Jardín Botánico.
Actualmente, el Jardín Botánico se encuentra funcionando de manera habitual, con sus muestras de bosque esclerófilo de la zona y las colecciones de vegetación autóctona de otros lugares como la Isla Juan Fernández, Rapa Nui, la Selva Valdiviana y las cactáceas del norte del país. Además, están sus parques y jardines que reciben visitantes para paseos, cumpleaños y celebraciones.
“Estamos orgullosos de apoyar a un lugar tan valioso. Estas 30 toneladas de chip de quillay les permitirán aportar nutrientes y estructura a los suelos y sustratos del Jardín, y además aportar a la economía circular, dando un nuevo y valioso uso a los chips de quillay. Nuestro interés es generar relaciones virtuosas y esperamos continuar haciéndolo”, recalcó la directora de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad de BASF para América del Sur.