Claudio Mella
Prof. de Educación Física USM
OPINIÓN.- La etapa universitaria propone al estudiante un escenario amplio de crecimiento en varios planos, pero también, diversos desafíos en el ámbito cognitivo y actitudinal, por lo que el desarrollo de pequeños cambios en nuestros hábitos puede hacer la diferencia y proporcionarnos un estándar de calidad en nuestro quehacer cotidiano. Un estilo de vida activo conlleva un conjunto de comportamientos y de hábitos que una persona de manera progresiva y autónoma puede adquirir durante su vida.
La práctica de actividad física y deporte realizada de manera sistemática y permanente, trae consigo múltiples beneficios, mejora parámetros físicos y fisiológicos, disminuye factores de riesgos como el sedentarismo, obesidad y enfermedades cardiovasculares, pero también reduce la ansiedad y el estrés, fortalece valores como el respeto, la disciplina, la cooperación e inclusión, nos ayuda a la optimización de nuestro tiempo para la recreación, desarrolla la autoestima, la calidad de las horas de sueño, permite la interacción social y aumenta el sentido de pertenencia.
El 6 de abril se celebra el día de la Actividad Física y el Deporte, fecha instaurada desde 2002 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la finalidad de promover y concientizar sobre la importancia de esta actividad y fomentar hábitos saludables en la población. Además, promueve la inclusión y la participación de todos, sin importar la edad, género, condición física o económica. Celebrar este día es una oportunidad para recordar que una vida activa y saludable es fundamental para un bienestar general y un goce pleno de la vida.
En este punto, es necesario explicar que OMS define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Su práctica de forma moderada o intensa tiene beneficios para la salud. Sin embargo, algunas cifras otorgadas por esta organización son preocupantes: más de una cuarta parte de la población adulta mundial no alcanza un nivel suficiente de actividad física, asimismo, en todo el mundo, alrededor de una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres no realiza suficiente actividad física para mantenerse sanos; los niveles de inactividad representan en los países de ingresos altos el doble que en los de ingresos bajos, entre otros dígitos.
Es por todo esto, que la invitación es a mantenerse activo, a utilizar los recursos que nos otorga la naturaleza, los espacios al aire libre, las plazas activas, a ser protagonistas en la construcción de un estilo de vida saludable y con ello disfrutar de las consecuencias positivas que genera en nuestro cuerpo y mente.