Se trata de un joven de sólo 21 años, que aparecería en las imágenes de las cámaras de vigilancia ubicadas en el sector donde está la casa donde se produjo el crimen
Esta mañana, la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones detuvo a una persona, que estaría involucrada en el alevoso crimen contra la conocida sanfelipeña Claudia Ortiz Lobo, de 55 años, quien murió desangrada, luego de recibir 50 puñaladas, en una casa de la comuna de Papudo. Su cuerpo fue hallado en un domicilio de la calle Cochrane con Serrano en la citada comuna costera, pero ella mantenía su residencia formalmente en San Felipe. Se había ido a vivir al balneario hace pocos años.
El hecho ha causado conmoción en el valle de Aconcagua, pues se trata de una hija de los recordados propietarios de la ferretería Lobo de esa comuna, que por años funcionó en la intersección de las calles Prat y Traslaviña.
Según ha podido conocer preliminarmente Observador.cl, el detenido es un joven de 21 años, con residencia en la comuna de Papudo. Fuentes ligadas a la investigación, afirman que su captura pudo realizarse gracias a los registros de las cámaras de vigilancia que están en el sector donde se encuentra la vivienda en que se produjeron los brutales hechos, cuyas imágenes fueron pedidos de inmediato por el fiscal adjunto de La Ligua, José Ramírez.
El detenido será presentado al Tribunal de Garantía de La Ligua a las 09:00 horas de mañana miércoles, donde se espera la sean formalizados cargos por homicidio. Aunque aún faltan antecedentes para saber bajo qué contexto se produjo este asesinato, pues hay dudas en torno a que se trate de un simple robo, por el número de puñaladas que son propias de crímenes de otro tipo.
Según consigna la edición impresa de El Observador de hoy, Claudia Ortiz Lobo falleció desangrada, debido a las 50 estocadas recibidas, aunque cinco de ellas son las que le provocaron heridas mortales.
Asimismo, se detalla que su cuerpo fue descubrieron por personas que a las 21 horas advirtieron a Carabineros había un automóvil dentro del patio de una casa, con sus luces de emergencia encendidas. Al llegar al lugar, llamaron a la puerta y, como nadie contestó, ingresaron, descubriendo la triste escena de su fallecimiento.