Desconocimiento del valor de nuestra agricultura

Publicado el at 9:10 am
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Aunque nos parezca increíble, la riqueza y valor de nuestra agricultura no es reconocida por la mayoría de la población y de las autoridades.

La gente no sabe lo que está pasando en nuestros campos. Pasa en auto o en bus por frente a grandes extensiones plantadas, pero desconoce la enorme importancia que esa actividad tiene para nuestro desarrollo.

Veamos algunos antecedentes.

opinion de funador del diario el observador
Roberto Silva – Fundador de “El Observador”

Muchos alcaldes y sus respectivos concejos municipales viven en comunas eminentemente agrícolas, sin embargo, para diseñar los planes de ciudad, no cuentan con un ingeniero agrónomo asesor. Siguen encementando la tierra fértil, siguen contaminando nuestros mejores valles, siguen haciendo caminos que no respetan los canales de regadío, siguen descuidando las escuelas rurales.

Hace tiempo que queremos escuchar la voz de los ingenieros agrónomos, pronunciándose sobre los diversos temas relacionados con su actividad, sin embargo, hemos escuchado más su silencio que sus propuestas.

Tampoco se escucha mucho la voz en temas de debate público de las escuelas universitarias de agronomía, ni de los centros de alumnos de esas casas de estudio. A lo más, los profesores aceptan una entrevista para nuestro medio, donde a veces, denuncian situaciones de interés público real.

Las organizaciones gremiales del agro no hacen casi nada por difundir el valor de su actividad. Es un misterio para todos saber a cuánta gente le dan empleo, la gama de productos que exportan, el crecimiento de las empresas agrícolas, las nuevas inversiones, las renovadas instalaciones para su personal, las tecnologías modernas que están ocupando, en fin, todo eso que define nuestros valles y que nos otorga una personalidad especial.

Las compañías nacionales e internacionales no tienen ningún problema en plantear la instalación de centrales termoeléctricas en medio de los mejores terrenos agrícolas de la región. Lo hacen sin preguntarle nada a nadie. Total, saben que tarde o temprano su posición se terminará imponiendo, en un país que tiene crisis energética.

Eso es lo que ha pasado en Limache con la central Los Rulos, que insiste en instalarse en medio del corazón agrícola de la comuna, a pesar del rechazo del municipio, la comunidad organizada, los agricultores, los expertos en medioambiente y la ciudadanía en general.

Cualquiera le falta el respeto a nuestros campos, a ese maravilloso trabajo desde donde salen tantos productos para nuestra alimentación. A propósito, otro descuido con las tierras. Hace rato que nuestro Ministerio de Agricultura debiera llamarse Ministerio de Alimentación. Eso ayudaría a valorar más la actividad de los productores de alimentos que hay en el campo.

Y una parte importante del desconocimiento se debe a que los agricultores no muestran sus campos y sus magníficas instalaciones, para que de una vez por todas, los que viven en comunas donde la principal actividad es la agricultura, sepan qué hacen en esas tierras que están en torno suyo.

Esperemos que los empresarios agrícolas inviten a recorridos por sus plantaciones, una especie de Ruta del Agro, que sería fundamental para poder mostrar sus grandes realizaciones.

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