Como parte del equipo de “El Observador”, participé en el primer desayuno de “Diálogos Regionales”, que organizamos junto al Instituto de Seguridad del Trabajo en Quillota. El primer invitado fue el intendente regional, Jorge Martínez Durán, quien explicó sus conceptos de gestión para el territorio interior de la región. Pero hay varias ideas de su pensamiento profundo sobre descentralización y desarrollo local que llamaron mi atención.
La primera fue una gran advertencia: “La descentralización es mucho más que la elección de un gobernador regional y debemos hacerla bien a la primera”.
“A lo menos el 30 o 40% del presupuesto debiera ser administrado autónomamente por los gobiernos subnacionales, transfiriendo poder. En los países en que esto se ha hecho bien, se han mejorado los estándares de calidad de vida. Pero dividir el poder es algo muy difícil de asumir, pero a eso se debe apuntar”, dijo.
Es ahí donde hace una observación notable: en un país de origen centralista, un programa de transferencia de poder tiene sólo una oportunidad: “Este país tiene un gen centralista. Hay gente esperando que te equivoques. Por eso tenemos una responsabilidad enorme para no fracasar. Ojala el próximo Gobierno Regional administre el 40% de fondos que hoy opera desde los ministerios en Santiago. Pero debemos tener capacidad técnica y política, para, por ejemplo, priorizar proyectos y saber llegar a acuerdos”.
El intendente Martínez ejemplificó con un caso local: “Debemos ser capaces de llegar a grandes acuerdos, como hacer o no el Embalse en Catemu. Porque no se puede hacer medio embalse. Se hace o no se hace. Sin embargo, cuando hubo problemas en la distribución del agua, el tema se zanjó en Santiago, con un decreto del MOP para la intervención del río. Eso es una muestra clara de centralismo”.
Luego, dio da una lista bien interesante de propuestas: “Todo está en los incentivos: por ejemplo, que las profesiones universitarias y técnicas tengan incentivos para estudiarse en regiones, a cambio de becas; un plan de beneficios tributarios regionales, para disminuir impuestos en el global complementario a quienes egresen de carreras que necesite específicamente tal o cual región. Australia y Canadá tienen sistemas así. Eso atraería talentos a las regiones. O hacer un IVA regional, que vaya decreciendo levemente a medida que te vas aleando de la zona central, para que se incentive a las empresas a invertir fuera de Santiago”.
Consultado por los tributos de las grandes empresas instaladas en regiones, fue claro: “Creo en una solución mixta, donde una parte de ingresos, impuestos o utilidades queden en la región”.
Tenemos un intendente que, previo al juicio que podamos hacer sobre su gestión, sabemos que ha reflexionado profundamente sobre modelos de desarrollo local.