Denuncias por acoso y amenazas van y vienen, mientras la involucrada dice estar desesperada
SAN FELIPE.- Erika Montenegro Fernández dice que ha trabajado por años como cuidadora y auxiliar de aseo en la sede de la Democracia Cristiana de San Felipe, ubicada en Merced N° 113.
La colectividad política, en septiembre pasado, le pidió –en su calidad de propietaria del inmueble- que dejara de vivir en el lugar.
Por esa razón hoy la mujer asegura que vive un verdadero drama. “Yo hace 18 años que trabajo en la sede haciendo aseo, tranco las puertas y cuido el lugar. Hace un par de meses que la nueva directiva me solicitó dejar el lugar, no tengo ningún problema, yo estoy viendo el asunto, pero por el momento no pueden tratarme de esa manera, es indigno cómo estoy, imagínese que estoy con velas en la noche”, señala.
Es que más allá de asumir que debe irse de la propiedad, lo que no comprende la mujer asegura que la directiva del partido ha ejecutado medidas de presión, como clausurarle el acceso al baño y cortarle la luz.
“No sé por qué empezaron los acosos, insultos, han llegado al extremo de cerrarme el baño. Tengo un niño que no lo he podido mandar al colegio porque no tengo dónde se lave, y estoy sin luz”, reitera la mujer.
Por su parte, desde la colectividad política, el presidente comunal, Víctor Leiva Cortés, negó las acusaciones y mediante un comunicado señalaron que “a su pareja don Eduardo Muñoz Valenzuela, se le dio en carácter de ayuda social la oportunidad de vivir allí por un tiempo. De eso han pasado hartos años y ahora ella quiere perpetuar su estadía”.
En el texto también agregaron que el partido político de la Democracia Cristiana no mantiene ningún tipo de relación contractual laboral con la señora Erika Montenegro Fernández y que el 18 de agosto de 2017 se le dio un plazo de un mes para dejar el inmueble, tiempo que habría vencido en septiembre pasado.