Desde el Ministerio Público señalan que esperarán algunos meses más para contactar a algún familiar que lo pueda reclamar
SAN FELIPE.- Nadie la ha reclamado. Una fría cámara frigorífica del Servicio Médico Legal de San Felipe cobija hace casi un año el cuerpo de la joven haitiana Marie Jessika Elisse, de 21 años, quien en septiembre del 2017 murió a causa de un infarto en la casa donde vivía con otros compatriotas, en la villa Juan Pablo Segundo. Su repentina muerte llegó a sólo un mes de haber pisado tierra chilena, apagando sus posibilidades de forjar un mejor futuro en nuestro país.
Desde esa fecha hasta ahora, ni los compañeros con los que compartía techo ni algún tipo de pariente han reclamado el cuerpo de la joven. Sobre esta larga espera, el Fiscal Julio Palacios, quien llevó la caso en ese entonces, afirma que desde el primer momento se comenzó con una rápida búsqueda para hallar a la familia de la joven y también se enviaron los antecedentes a la Brigada Criminal de San Felipe, para dar con el paradero de alguien que pudiera dar una digna sepultura a Marie. Pero a pesar de los esfuerzos, no se ha logrado contactar a nadie.
“Efectivamente el cuerpo se encuentra en el Servicio Médico Legal porque ninguna persona lo ha reclamado, ningún familiar, nadie se hace cargo, todos se desentendieron del caso”, señala Palacios y añade que él tampoco ha podido dar con los contactos de parientes en Haití, una tarea que se vuelve muy difícil, según cuenta.
El problema que hay detrás de los muertos que nadie reclama, es que luego de que el Ministerio Público agota todas las instancias por dar con familiares, los restos olvidados en el SML deben pasar a una fosa común. Así lo señala el fiscal, quien aclara que “el Servicio Médico Legal nos tendría que pedir autorización a nosotros como Ministerio Público y obviamente nosotros no vamos a autorizar esto hasta agotar todas las instancias”.
Pero tras haber transcurrido un año desde que murió Marie, de quien ni siquiera se sabe de qué parte de Haití era, el tiempo se acorta para tener que tomar una decisión, y si bien “no hay fechas determinadas de espera para este tipo de casos”, el fiscal afirma que el cuerpo “no puede estar de por vida ahí”. Por lo tanto, lo que quedaría por hacer es “enviar de nuevo el caso a la policía de investigaciones y seguir agotando las instancias y si algún día ya nos dicen que de verdad hay cero posibilidades, ahí habría que tomar la decisión”, explica el fiscal.
ALTO COSTO DE REPATRIACIÓN
A primera vista puede resultar fácil criticar a los parientes que no se hacen cargo de sus difuntos que son migrantes, pero la verdad es que la repatriación de un cuerpo a su país natal puede alcanzar un alto costo, que muchas veces las familias simplemente no pueden asumir.
Según información entregada por el Director Nacional del Servicio Médico Legal, Gabriel Zamora, al medio El Mercurio, el costo de repatriarlos puede llegar a los 20 millones, lo que provoca esta larga espera que en algunos casos se ha extendido hasta por dos años, sólo por el valor del trámite.
Pero este problema no sólo se reduce a una cuestión económica, pues la tramitación para devolver el cuerpo de un migrante comienza con la identificación del cadáver junto con el consulado de su país, el tema pasa por Cancillería, las respectivas embajadas, el Ministerio de Salud, el Ministerio Público y también por el Servicio Médico Legal.
Por su experiencia, Zamora asegura que los casos más complicados son cuando los fallecidos no tienen familia en Chile, pero tampoco en su país natal, escenario que obliga a que el traslado quede sujeto al financiamiento del consulado o embajada.