Editorial de Roberto Silva Bijit
Fundador de El Observador
Estamos a pocos días de saber cuánto respeta el gobierno de Piñera a la gente de nuestra zona, que durante años ha venido protestando contra la instalación de la termoeléctrica.
Todos los senadores, todos los diputados, todos los alcaldes, todos los concejos municipales, todas las organizaciones que defienden nuestro medio ambiente, todos los consejeros regionales, todos por todos lados, han salido a la calle, han hecho declaraciones, han manifestado su oposición a este proyecto anticuado, que quiere producir energía eléctrica con métodos antiguos en vez de hacerlo con energía solar o energía eólica. Un proyecto arcaico, fuera de tiempo, impulsado por grupos extranjeros a los que nada les importamos como chilenos.
Una de las últimas marchas se realizó el sábado en Villa Alemana, que ha estado siempre muy activa en contra de Los Rulos, por considerarla una grosera fuente de contaminación. La manifestación contó con cientos de personas y fue encabezada con una frase emblemática: “Somos Reserva de la Biósfera”.
A decir verdad, el sector de Los Laureles, que está en el área de influencia de la Reserva de la Biósfera Parque Nacional La Campana, debe ser conservado y resulta imposible pensar que, si las Naciones Unidas le otorgó el rango de zona protegida de la naturaleza a nivel mundial, vengan ahora unos inversionistas extranjeros a ponernos “la pata” encima, instalando una peligrosa fuente de contaminación, justo ahí donde se están haciendo inversiones para preservar el ecosistema.
Se sabe que en los próximos días se deberá reunir el Consejo de Ministros del gobierno de Piñera, es decir, se reúnen parte de sus secretarios políticos, nombrados en esos cargos por él, ya que son personas de su exclusiva confianza, por lo tanto, ellos votarán conforme a las instrucciones de su jefe, sin ningún criterio técnico, por el contrario, haciendo gala de sus posiciones políticas.
Por eso hay preocupación en la zona, porque se sabe que este gobierno no ha sido sensible para escuchar los planteamientos de la gente ni para respetar el medio ambiente. Entendemos que los ministros debieran rechazar el proyecto por tantas razones que se han cansado de hacérselas saber a cada ministro, sin embargo, puede que la presión irresponsable los haga cambiar de opinión y le claven un puñal a la naturaleza de la zona, dejando instalada una industria que contaminará y hará un grave daño a la salud de los seres humanos y de todos los seres vivos de la zona.
No se entiende que, en Santiago, reunidos entre cuatro paredes y lejos de la gente que afectarán con sus decisiones, este grupito de ministros de Piñera pudiera tomar una decisión favorable a la contaminación.
Esperemos que la sensatez se haga cargo de este Consejo de Ministros y que por fin puedan escuchar el clamor de la gente y rechacen la instalación de Los Rulos en Limache. Además, es hora que se pongan conscientes de su papel y no acepten proyectos que van en contra del sentido moderno de la vida, que no representan la voluntad de innovación que debiera primar ni tampoco enfrenta en forma responsable el gran problema del cambio climático.
Señores ministros, por respeto a los que vivimos en provincia, tratando de estar fuera de la contaminación, voten en contra de Los Rulos.
