Nelson Rojas cuenta cómo convirtió a alumnos de la Escuela “Jesús de Nazareth” en campeones mundiales de bochas
Una hermana, Norita, con síndrome de Down, quien falleció a los 16 años, relacionó por primera vez a Nelson Ernesto Rojas Canelo con el mundo de la discapacidad.
En ese mismo ámbito, muchos años después, cobró notoriedad por entrenar a equipos de niños caleranos que se coronaron campeones mundiales de bochas, en las Olimpiadas Especiales.
“Nací en Quillota en la Población Said. Estudié en la Escuela República de México y en el Liceo Santiago Escuti Orrego. En la Universidad de Tarapacá me titulé de profesor en Educación General Básica. Mi especialidad es la educación en niños con deficiencia mental”, narra Nelson Rojas, hijo ilustre de La Calera.
“Desde allí -agrega- me enviaron a hacer estudios para poder impartir talleres laborales. Me encontré con dos profesoras, que conocía de mi barrio. Me invitaron a unirme a la Escuela Especial Jesús de Nazareth, hace 36 años”.
SU LLEGADA A LA DISCIPLINA
Rojas, un pionero en su área, dice que en los tiempos de su hermanita no había muchas posibilidades para los niños con capacidades distintas. Era difícil que salieran de las casas y que fueran a las escuelas. Había, de hecho, cierta discriminación.
Entonces, en el joven docente militaban la vocación por la pedagogía y el deporte. “Había una relación con `Coanil´ que estaba a cargos de las esposas de unos jefes de la Armada. Ese organismo estaba a cargo de realizar las Olimpiadas Especiales. Yo hice, en Valparaíso, una clínica deportiva con ellos”.
Fue la llegada de Rojas a la disciplina de las bochas. “Solo sabía que era un deporte italiano y que se jugaba con unas pelotas pequeñas. Allí me enseñaron todo y cuando volví, lo hice empeñado en que era un deporte que podían ejecutar con mucha capacidad mis alumnos de la Escuela `Jesús de Nazareth´. Hicimos una cancha en un espacio del colegio y comenzamos a practicar”.
DOBLETE DE LEYENDA
Al poco tiempo, los practicantes de bochas de la escuela calerana ganaron el torneo regional y el nacional. Fueron los hitos que llevaron a los alumnos Juan Pablo Ojeda, Julio Guerrero, Gustavo Gallardo y Jonás Ponce, con su entrenador a representar a Chile en las Olimpiadas Mundiales Especiales, de 2003, en Irlanda.
Volvieron con las medallas de campeones mundiales y con 11 de las doce medallas en disputa, en las bochas. La Calera fue una fiesta a su llegada y los ganadores del torneo fueron invitados a muchos lados. Cuatro años después, repitieron la hazaña, ahora en Shanghai, China, donde los muchachos caleranos derrotaron a los equipos de sesenta países. Entonces, fue la Municipalidad, liderada por Roberto Chahuán, que les ayudó a conseguir los recursos para el viaje. La delegación estaba compuesta, entonces, por Gustavo Gallardo, Julio Guerrero, Rafael Robles y Mario García. Con Nelson Rojas, como entrenador.
DEL CASINO AL CONGRESO
“Nuestro regreso -cuenta Nelson Rojas- fue increíble. Nos tenían preparado un recibimiento. Fuimos declarados `Hijos ilustres de la Calera´, nos invitó la alcaldesa de Viña al casino y hasta pararon una sesión del Congreso Nacional para conocer a los campeones mundiales caleranos”.
Trascurridas ya casi dos décadas del bicampeonato mundial, Nelson Rojas Canelo dice: “Siendo muy importantes los títulos, creo que lo que quedó como lo más valioso, fue el reconocimiento que cualquier niño, con alguna discapacidad o deficiencia, puede llegar a conseguir los que se propone”.
“Aquí fueron ellos los que construyeron la cancha, los que no se cansaron de practicar con sol o sombra, hasta pasaron un tifón en China y ganaron dos campeonatos mundiales. También hubo un cambio en la mentalidad, por lo menos en La Calera, que fue muy grande. Se puede conseguir mucho más de lo que se cree”.