Por Dra. Katya Cuadros Carlesi
Académica carrera de Enfermería
Universidad Viña del Mar.
TENDENCIAS.- En los últimos 20 años se ha puesto un gran énfasis en mejorar la seguridad del paciente, que según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), se define como “un marco de actividades organizadas tendientes a generar culturas, procesos, procedimientos, conductas, tecnologías y entornos en la atención de salud que de manera constante y sostenible reduzcan riesgos, reduzcan la ocurrencia de daños evitables, hagan el error menos probable y reduzcan el impacto cuando ocurren”.
Si bien la mayor responsabilidad de garantizar la seguridad del paciente recae en el personal y en las instituciones de salud, la cooperación activa del paciente permite que éstos puedan disminuir la probabilidad de ocurrencia de algún error o evento adverso, pero ¿cómo funciona esto?
La colaboración consiste en poner a disposición del equipo clínico toda la información para que éste pueda llegar a un diagnóstico correcto o un tratamiento seguro. Un ejemplo de esto es aportar información respecto de enfermedades, fármacos, hábitos y alergias, sin ocultar datos, aunque parezcan irrelevantes.
Otro aspecto importante es involucrarse en la toma de decisiones respecto de su atención de salud, ya que si bien éstas se basan principalmente en la evidencia científica, también deben considerar las preferencias y el contexto de los pacientes.
Además, es fundamental que los pacientes sigan al pie de la letra el plan de tratamiento, tomando los medicamentos, siguiendo una dieta, cumpliendo reposo o realizando los ejercicios indicados, pues solo así es posible evaluar el impacto de esta prescripción.
Finalmente, el paciente o su familia pueden aportar otro par de ojos y de oídos que detecten errores, incluso antes que ocurran, al percatarse que una medicación no habitual va a ser administrada o que el paciente presenta síntomas o reacciones no esperadas a un tratamiento.
En síntesis, la generación de alianzas entre pacientes, familiares e instituciones de salud contribuye a una atención más segura y de mejor calidad, permitiendo un mayor bienestar físico y emocional a todos los involucrados, optimizando los procesos y logrando mejores resultados en la salud y satisfacción de los usuarios.
