Por Roberto Silva Bijit
Fundador de El Observador
Se formó una comisión de trabajo para demostrarles a los bancos que el delito de robar a las personas que han sacado una alta suma de dinero, tiene mucho que ver con la seguridad al interior del banco.
Si bien la mesa de trabajo la conforma el Gobierno a través de la Subsecretaría de Prevención del Delito, la Fiscalía de Análisis Criminal y Focos Investigativos, las policías y la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, el problema ha sido con esta última organización, que no quiere asumir sus responsabilidades acerca de lo que pasa al interior de cada banco.
El tema no requiere mucho análisis. Si a una persona le roban después de sacar una cantidad de dinero del banco es porque alguien, que estaba adentro del banco haciéndose pasar por cliente, estaba espiando para poder marcar a la persona y darles el dato a sus cómplices que esperan afuera para cometer el delito. Dicen que solo con escuchar la máquina contadora de billetes pueden calcular cuánto está retirando una persona.
Una vez afuera los delincuentes estudian a la víctima “marcada” para determinar la forma de robarle. En algunos casos pasan a su lado y le lanzan -como si fuera por casualidad- un líquido azucarado y pegajoso a sus ropas, entonces aparece otro que viene a ayudarlo para limpiarlo, y efectivamente lo “limpian” de la mancha y del dinero, que además saben dónde lo guardó mientras se lo entregaban en la caja del banco.
La otra forma es identificarlo con el auto en que llegó al banco. O sea, están en las inmediaciones del banco y saben que el de camisa azul va en una camioneta blanca y si desde adentro del banco el que espiaba avisa que esa persona va cargada, antes que llegue a su vehículo le pinchan un neumático. Aquí nuevamente hay dos formas de actuar: esperan que se suba, eche a andar la camioneta y compruebe que está en problemas. Ahí pasan por el lado y le avisan y se ofrecen para ayudarlo a cambiar el neumático, procediendo a robarle el maletín o sustraerle de sus ropas lo que retiró del banco. La otra opción es que si la persona se va del lugar, lo siguen en otro auto hasta que el neumático se le desinfle completamente y lo obligue a detenerse. Es en ese momento que caerán sobre el “marcado”.
Y ahora último se ha visto una forma más compleja y violenta. Los delincuentes marcan adentro del banco y siguen a la víctima hasta su casa. A veces la atacan cuando va ingresando a su hogar e incluso ha habido casos en que han esperado horas para ingresar al domicilio y llevarse el botín.
Lo que reclaman el Gobierno, la Fiscalía y las policías es que estos delitos comienzan al interior de los bancos, por lo que no se trata solamente de un tema de seguridad pública, sino de una situación en que las instituciones financieras deben colaborar y adoptar una serie de medidas para proteger a sus clientes. Todo esto porque el vocero de los bancos dijo que el aumento en la criminalidad y violencia de los delitos es un hecho de seguridad pública, la que debe ser resguardada por los organismos que tienen el rol de hacerlo. La respuesta no les gustó y están viendo la forma de implementar vía jurídica, a través de un Decreto Supremo, una serie de medidas al interior de los bancos para evitar el espionaje a los que retiran dinero de las ventanillas.
Desde el 2018 a la fecha, solo en Santiago (a nadie le importa lo que pasa en provincias) ya van 2.007 casos registrados, lo que es un alza muy grande. Además, ahora se nota más violencia en contra de las víctimas.
Como señaló la subsecretaria de Prevención del Delito, María José Gómez: “Es importante entender que este delito se comienza a cometer en las sucursales bancarias; o sea, el origen del delito está en los bancos. Por eso esperamos su colaboración” para la implementación de medidas de resguardo a sus propios clientes.
Por ahora, cuídese a la salida de los bancos si va cargado con sus ahorros o con algún “retiro”.