Ningún ejemplo podría ser mejor para entender la importancia de poder elegir los intendentes (Gobernadores Regionales) en noviembre, que todo lo que nos está ocurriendo con la empresa israelita que insiste en instalar la termoeléctrica Los Rulos en Limache.
El único respaldo unánime a la contaminante empresa se lo dio el Intendente Regional, que en su calidad de funcionario de gobierno, presidió la comisión evaluadora del proyecto y que en su misma calidad funcionaria hizo que todos sus otros subalternos lo aprobaran.
En el fondo, no tenemos Intendente que represente los intereses de la región, que interprete a las instituciones y los vecinos afectados, y por último, defienda la salud de la población. Si tuviésemos un Intendente elegido, no tendría que actuar como se lo pida el gobierno, sino como se lo pida la gente de la región. Por eso necesitamos ahora los nuevos Gobernadores Regionales.
Hay que estar muy sordo y muy ciego para no darse cuenta que en la comunidad de la zona hay una férrea oposición a la Central Los Rulos. Desde hace mucho tiempo se vienen realizando marchas pacifistas que expresan su profundo rechazo a la violencia que se ejerce contra las condiciones de salud del valle, que condenan los manejos contradictorios del gobierno y de la Nueva Mayoría, que piden criterios técnicos y no políticos para la toma de decisiones.
Miles de personas, en total, con todas las marchas, tanto en Limache-Olmué como en Quilpué y Villa Alemana, ya se han expresado cerca de cien mil personas, aunque la empresa se atreva a contradecir los números de manifestantes. En la última marcha, en Quilpué, había más de siete mil manifestantes contra la termoeléctrica, sin embargo, en la empresa comunicaron a los medios que eran entre mil 500 y dos mil los indignados que habían protestado en su contra.
La presión ahora se está haciendo frente al Comité de Ministros, que no es otra cosa que el gabinete de la Presidenta, que deberá pronunciarse a favor o en contra de la puesta en marcha de la contaminante. Ya van 13 reclamaciones en contra del proyecto presentadas los primeros días de mayo, durante el proceso de participación ciudadana. El tema sigue siendo el mismo: la empresa no responde las reclamaciones o, sencillamente, entrega respuestas insatisfactorias.
el peligro sigue vivo, porque así como el Intendente se hizo el sordo, los del Comité de Ministros se pueden hacer los ciegos”.
Ante la dirección del Servicio de Evaluación Ambiental (compuesto por empleados del gobierno) que en febrero aprobaron ¡por unanimidad! el funcionamiento de la termoeléctrica, se han presentado tres recursos de invalidación. Uno de esos recursos corresponde a la Municipalidad de Limache, que se ha puesto las pilas para evitar que la contaminante complique la salud de su gente.
En relación con el municipio, la Contraloría Regional de Valparaíso le ordenó poner fin al acuerdo que suscribió el 2015 con IC Power, a cargo de la construcción de la Central Los Rulos, para repartir dinero a diestra y siniestra en la comuna. Los avivados de la termoeléctrica, como una forma de aparentar legalidad en sus actos de intentar “comprar conciencias”, transformaron al municipio en garante de esas seudo donaciones económicas que entregaron a muchas instituciones limachinas. Siempre dijimos que era improcedente ponerse a regalar plata mientras se está tratando de aprobar un proyecto de termoeléctrica contaminante.
También los empresarios turísticos de Limache y Olmué, junto a dirigentes gremiales de toda la región, se reunieron en Olmué con el coordinador de la División de Participación y Diálogo Social del Ministerio de Energía, Hernán Dinamarca y el seremi de Energía, Esteban Montiglio, para plantearles los reparos que tenían en contra de la instalación de la termoeléctrica. En la ocasión, un experto en reservas de la biosfera entregó argumentos técnicos que demuestran la falta de visión del gobierno sobre protección del medio ambiente y sobre la proyección del desarrollo turístico en la zona.
En resumen, todo mal para la termoeléctrica, pero el peligro sigue vivo, porque así como el Intendente se hizo el sordo, los del Comité de Ministros se pueden hacer los ciegos.
