Crean Ministerio de Seguridad y en Quillota Carabineros espera una nueva comisaría hace cuatro años

Publicado el at 1:25 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

          Chile contará con un nuevo Ministerio de Seguridad que, como dicen los técnicos, significará mucha más “grasa” para el sistema, es decir, cientos de nuevos empleos para muchísimos partidarios del gobierno de turno.

            Lo razonable era haber fortalecido el Ministerio del Interior, transformándolo en el motor principal del Poder Ejecutivo, no solo no creando un ministerio de Seguridad, sino también incorporando al Ministerio del Interior a los ministerios Secretaría General de la Presidencia y Secretaría General de Gobierno.

            Un país como el nuestro, no puede tener 28 ministerios. Lo mínimo es intentar modernizar el Estado, para lo cual se hace urgente reducir el millón de funcionarios públicos (sin contar a las Fuerzas Armadas) que hoy soporta el presupuesto nacional. Estados Unidos, por ejemplo, tiene 15 ministerios, Perú tiene 18. Argentina hizo la pega, tenía 22 ministerios y de una plumada Milei dejó nueve funcionando. Eso se llama eliminar “grasa fiscal”.

            Todos entendemos que la seguridad hoy en día es lejos la principal preocupación de los chilenos. Desde hace años que vivimos en una creciente inseguridad. Para el actual gobierno, crear un Ministerio de Seguridad es la forma de abordar la crisis profunda, pero nos parece un camino equivocado crear un ministerio.

            Revisemos algunas ideas. Chile solo permite Carabineros en el orden público. A cualquiera que le pasa algo, sea lo que sea la emergencia, llama a Carabineros. Tenemos cerca de 44.000 carabineros activos y necesitamos mínimo 55.000, y en lo posible, dadas las circunstancias, deberíamos llegar a 70.000 funcionarios. Ya no resiste más la necesidad de crear una Policía Municipal o algo parecido, que se preocupe de las faltas, no de los delitos, como ocurre en diversos países de Europa. Si el sistema no deja que los equipos de Seguridad Ciudadana Municipal puedan actuar, es decir, portar armas, detener delincuentes y trasladarlos a un calabozo para que sean llevados a un tribunal, no tiene mucho sentido frente a la realidad que estamos viviendo.

            Otra vez los delincuentes van delante de nosotros, se mueven más rápido, se organizan en las cárceles, (desde donde estafan todos los días), se atreven a todo porque no hay condenas, puras detenciones inútiles. Cualquier delincuente tiene sobre 10 detenciones.

            Revisemos la seguridad con casos concretos. A Carabineros de Quillota le pidieron en diciembre del 2020 que abandonara su cuartel para que comenzaran a construir otro nuevo. Se tuvo que ir a un lugar que no servía, que no tenía ni calabozos. Como la situación se hizo insostenible, hace poco se volvieron a trasladar a otro lugar, mejor que el anterior, pero también insuficiente y sin calabozos. Deben enviar a los detenidos a Limache o La Calera. Han pasado cuatro años y la capital provincial sigue sin cuartel. Peor todavía, van dos licitaciones para construir la comisaría y tenemos información confiable que ya se cayó la tercera.

            Cuatro años de espera parece una burla a Carabineros. No se entiende que creen ministerios que más parecen propuestas de campaña electoral para fin de año, que obras concretas para beneficio de los ciudadanos. El alcalde Luis Mella lo ha tomado como prioridad y ya ha hecho gestiones en la Dirección de Arquitectura del MOP y la V Zona de Carabineros.

            El cuartel que Carabineros tuvo que abandonar podría perfectamente ser remodelado y ampliado, o bien, utilizarlo como el lugar para los equipos de Seguridad Ciudadana Municipal. Hace falta una mayor visión de los grandes temas. ¿Por qué demoler una edificación que todavía funciona, para construir sobre ella otra nueva? ¿No se podría encontrar otro lugar para la comisaría y quedarnos con dos lugares dedicados a la seguridad?

            Quillota y La Calera demolieron sus estadios, que estaban en buenas condiciones y sobre ellos construyeron nuevos estadios. ¿No podrían haber buscado otro terreno y hoy en día tendríamos dos estadios en cada comuna?

            Nadie entiende la planificación fiscal realizada desde la capital. Es urgente que esos señores que trabajan encerrados en sus oficinas santiaguinas se vengan a dar una vuelta por nuestras comunas y conozcan nuestra realidad para diseñar proyectos.

            Chile no es ni será Santiago.

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