Conozca la historia de “La Quebrada del Ají”, la famosa cueca que escribieron Los Jaivas sin saber que quedaba en Quillota

Publicado el at 4:27 pm
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Eduardo Parra, fundador de la banda, cuenta que la canción es una creación colectiva iniciada por “Gato” Alquinta

QUILLOTA.- No sólo el hecho de que los hermanos Parra vivieran en una antigua casa de calle Merced une a Los Jaivas con Quillota, sino que también uno de los versos de sus canciones une a la banda con uno de los sectores rurales de la comuna.

En base a la genialidad que puede dar la progresión melódica de un piano tradicional de cueca y la búsqueda de una música muy propia, con fuertes raíces patrióticas, nació uno de sus emblemas musicales: la canción llamada “La Quebrá del Ají”.

EN LA CASA DEL “GATO”

A principio de los años 70’ Los Jaivas estaban en una especie de introspección musical buscando su propio estilo musical en combinación con pensamientos artísticos sudamericanos. Fue en ese momento, en un ensayo en casa de Eduardo “Gato” Alquinta, cuando la alegre y eufórica melodía folklórica en piano, a cargo de los hermanos Parra, hicieron que naciera la famosa canción.

Luego de muchas palabras sueltas al viento, aportando a la melodía para que nacieran los primeros versos, sacó la voz “El Gato” Alquinta, con un estruendoso grito diciendo “¡en la Quebrá del Ají!”. Todos se sintieron satisfechos, porque la frase iba acorde a lo musical.

Asó continuó la composición colectiva hasta que nadie sabía cómo continuar. De un instante a otro, “El Gato” abandonó la sala de ensayo y al ingresar nuevamente, sin previo aviso, cantó “¡vive la gente feliz!”. A toda la banda, ese segundo verso casi le cayó del cielo, tras las largas horas esperando para que algo calzara perfecto.

Eduardo Parra, miembro fundador, tecladista, poeta, letrista de la agrupación y hermano de Claudio y Gabriel, señala al respecto que en ese momento “la proposición de ‘El Gato’ fue celebrada con euforia y verdaderamente caía de manera providencial, abriendo un camino que justamente en ese segundo verso ya se podía adivinar”. Y es que le estaban dando vida a un mítico lugar, que sin necesariamente saber que queda en Quillota, yace en la conciencia de todos los chilenos.

NO SABÍAN QUE EXISTÍA

Lo singular se da precisamente porque La Quebrada del Ají, ubicada hacia el interior de Boco, en la zona rural de Quillota, no es un lugar conocido por Los Jaivas. “Si debía vivir allí o no la gente feliz, no fue motivo de ninguna discusión. Tomamos el verso como lo más normal del mundo y hasta el día de hoy jamás se nos pasó por la cabeza cuestionarlo. Nos pareció normal y hermoso que allí viviera la gente feliz” cuenta Eduardo Parra, hoy radicado en Francia, luego de retirarse de la banda el año 2009, por problemas de salud.

Eduardo Parra señaló que sería un gran honor ser invitados a conocer el lugar, principalmente por lo que significa la canción para esta familia que son Los Jaivas. Se cruza con los años más íntimos de la banda, enfocándose en un nuevo descubrimiento: el estilo propio. Ese particular folklore de sentimiento patriótico e indigenista, que los define hasta el día de hoy de manera mundial.

Sin embargo, debido a su ajetreada agenda, en que abundan las presentaciones en vivo, la posibilidad de que Los Jaivas lleguen a visitar la Quebrada del Ají se debe planificar con anticipación. Más este 2018, que cumplen 55 años de trayectoria musical y lo están celebrando con diversos conciertos.

Así, ellos mismos podrían darse cuenta si “en la Quebrá del Ají / vive la gente feliz” y también ver si el resto de la descripción del lugar existente en la letra que la agrupación construyó, tiene la concordancia necesaria reflejada en esta singular localidad quillotana.

Cabe destacar que “La Quebrá del Ají” fue publicada por primera vez en 1972, como parte del segundo disco de Los Jaivas, titulado “La Ventana” y conocido popularmente como “Todos Juntos”, por incluir ese clásico sencillo de la banda. “La Quebrá del Ají” era la cuarta canción del lado “A”, una especie de cueca rock que describe un idílico pueblo, donde las velas se apagan solo cuando hay luna llena, los animales tocan música y “bajan las nubes de tinto”.

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