Con el cierre de Ventanas no se acaba la zona de sacrificio

Publicado el at 7:36 am
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Por Roberto Silva Bijit
Fundador Diario “El Observador”

“Hoy es un día triste para la minería chilena, para los mineros y mineras y para los fundidores y fundidoras del país. La historia cuenta que fue la última fundición estatal en ser construida, en 1964, y es la primera que se cierra. Yo no me sentiría orgulloso por eso. Nosotros sucumbimos a tres gigantes: la ignorancia, el miedo y la injusticia. Ignorancia de los que no quisieron entender ni creer que cumplimos siempre la normativa medioambiental vigente. Injusticia de cerrarnos sabiendo que no fuimos responsables de las intoxicaciones masivas”, declaró el vicepresidente del Sindicato Turnados de Ventanas, Juan Peña, quien agregó que “acá no sólo opera Codelco, acá operan 16 grandes empresas y solo se regula a dos”.

Pronunció sus declaraciones ayer en la “ceremonia” de cierre. Un capítulo muy doloroso para los mineros, que estaban enojados y expresaron la contradicción que quedó de manifiesto con el cierre que alegra a las comunidades y con el pesimismo que apaga a los trabajadores. Los dirigentes sindicales las emprendieron también con la ministra de Medio Ambiente: “Creemos que usted no debería estar acá. El señor Diego Ibáñez tampoco debería estar acá”, se quejó la presidenta del Sindicato, Andrea Cruces, agregando: “Vinieron a reírse en nuestra cara de nuestro dolor”.

El martes hicieron sonar la sirena para ponerle término a las operaciones en Puchuncaví, deteniendo el famoso convertidor Teniente, con el que operaba la fundición. Hubo hasta una alocución del jefe de turno que expresó el orgullo que sentían de haber fundido cobre por 58 años para Chile.

¿Por qué cerraron? La respuesta fue compleja en un comienzo, pero después fue quedando todo más claro. Se necesitan 1.500 millones de dólares para una fundición que capte el 99% de sus gases, dijo Máximo Pacheco, presidente de Codelco, pero el asunto es que no resulta viable instalarla en la misma zona, donde cada vez que exista una contaminación los volverán a apuntar con el dedo. Los pequeños y medianos mineros de toda la zona quedaron desolados, ahora deberán llevar sus minerales hasta la lejana fundición de Paipote.

Para todos queda claro que hay cuatro termoeléctricas contaminantes, dos de las cuales ya tienen fecha de cierre anunciada. Además de los manejos del petróleo, por parte de ENAP, que siguen siendo los más cuestionados.

Por lo tanto, no se puede concluir que con el cierre de la Fundición Ventanas se acaba la zona de sacrificio. No, nada de eso, queda mucho por delante. Tanto es así, que mientras se producía el cierre en Puchuncaví, los profesores protestaban en Quintero: “Gobierno estamos muriendo. Educación sin contaminación”, era el slogan de la marcha. La presidenta comunal del Colegio de Profesores, Isabel Cartagena, declaró: “Exigimos a las autoridades transparencia, saber qué estamos respirando”. Y al mismo tiempo, ingresaban al Hospital de Quintero (al pobre hospital de Quintero lleno de promesas incumplidas por mejorarlo) 46 personas que se vieron afectadas por síntomas atribuibles a la contaminación ambiental.

Queda por delante una gran tarea en la Fundición Ventanas, ya que el desmantelamiento de la planta debe generar una remediación del sector, con el retiro de residuos y la recuperación ambiental. Una enorme responsabilidad pendiente.

En el año 2011 vivimos el inolvidable episodio de la Escuela La Greda, que fue cerrada por la contaminación y abierta nuevamente a 2 mil metros de distancia. Un absurdo que denota la falta de previsión que existe sobre todos estos temas. Casos como La Greda -donde las cosas se parchan sin solucionarlas definitivamente- seguirán afectando a la zona de sacrificio.

 

 

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