Querido ex alumno del Diego Echeverría falleció a los 37 años.
QUILLOTA.- A Elías Mauricio Vásquez Figueroa lo quisieron muchas personas durante sus años escolares, cuando estudió Electromecánica en el Inacap, en sus trabajos y en la hinchada de San Luis de Quillota.
Por un cáncer de colon, la vida de Elías Mauricio Vásquez Figueroa se apagó, a los 37 años, el viernes 7 de junio. Sin embargo, el recuerdo que dejó en los corazones de todos aquellos que le dieron una masiva y emotiva despedida sigue vivo hasta el día de hoy.
Nació el 1 de marzo de 1987, en el seno de una familia cuyos padres son dos tradicionales vendedores de diarios de Quillota: Alfredo Vásquez y Mirta Figueroa. Desde kínder hasta cuarto medio estudió en el Colegio Diego Echeverría, donde su carácter gentil y respetuoso cautivó a su comunidad. Su colegio lo despidió en su funeral con la banda de guerra, que brindó una impecable presentación.
La mamá de Elías, Mirta Figueroa, recuerda así a su hijo: “Era bueno, amable, respetuoso y atento. Él formó la Ultra Kanaria y juntaba plata para llevarla a la gente más necesitada. Cuando le dio cáncer, el doctor Luis Mella me dijo: ‘Tu hijo tiene un corazón muy grande, lo que hace es maravilloso'”.
Un fiel hincha canario
El amor de Elías por la camiseta de San Luis se formó cuando era niño, ya que acompañaba a su papá al estadio, tanto en Quillota como en otras ciudades. Fue así como creció y compartió esta pasión con otros niños, con quienes fundó más tarde la barra Ultra Kanaria, conocida después como Ultra Kanarios.
En este sentido, la madre de Elías recuerda: “Yo les cooperaba para que compraran sus instrumentos haciendo pescado frito, aquí en la casa. Llegué a vender unos 250 cuando los muchachos de la Ultra Kanaria eran chicos y las mamás de ellos me venían a ayudar”.
“Ellas me decían que sus hijos ya no andaban tanto en la calle, porque estaban interesados en la barra. Participaban con otros niños y no se metían en drogas. Se pusieron más respetuosos, les hacía falta el cariño de un núcleo como el que formaron”, reflexiona Mirta.
El cortejo fúnebre tuvo música, los colores amarillo y negro de San Luis, bombos y una emotiva detención afuera del Estadio Lucio Fariña Fernández. Su misa funeral fue en la parroquia de los Desamparados de la Corvi y sus restos descansan en el Cementerio Mayaca.