¡No lo decimos nosotros!, sino un estudio publicado por Animal Cognition
TENDENCIAS.- Puede que los resultados de este estudio los hayamos pensado más de alguna vez, sobre todo cuando nos encontramos comiendo y nuestro amigo o amiga “peluda” se instala a un costado, con una expresión de tristeza mezclada con desesperación en su cara ¿Realmente desfallecen de hambre o solo nos manipulan?
Animal Cognition quiso investigar esta y otras conductas caninas y para esto entrenaron a 27 perros de diferentes razas entre uno y 14 años.
El proyecto de investigación consistió en relacionar a estos canes con dos mujeres encargadas de entregarles instrucciones, pero con la diferencia que una de ellas representó a la persona “cooperativa”, mientras que la otra fue la “competitiva”.
La “cooperativa” destacaba por siempre premiar al animal cuando seguía bien una instrucción. No así la “competitiva”, quien no felicitaba con un alimento al perro que le hacía caso. Este detalle es clave para entender el estudio.
Por un tiempo se enseñó a los canes a guiar a las personas hacia donde estaban guardados diferentes alimentos en cajas de distintos colores. Una de ellas contenía salchichas, la segunda galletas y la tercera caja estaba vacía. Este entrenamiento se realizó dos veces con cada can, primero con la mujer “cooperativa”, quien les daba el alimento de la caja si acertaban, y luego con la mujer “competitiva”, quien no entregaba el premio a pesar que el perro realizara bien el ejercicio.
El día de la prueba final arrojó resultados inesperados. “En ambos días de prueba, los mamíferos tenían más probabilidades de llevar a la pareja cooperativa que a la competitiva a la caja que contenía el alimento preferido, y este efecto fue más fuerte en el segundo que en el primer día de prueba”, explicaron en su informe los investigadores.
Así es, los canes descubrieron con quién les convenía realizar bien la prueba de las cajas, en este caso con la mujer “cooperativa”, ya que enseñarle dónde se encontraba el alimento significaba comer finalmente ese “snack”. De manera contraria, los canes no hicieron ningún esfuerzo por realizar bien la prueba cuando les tocaba con la mujer “competitiva”, pues no los beneficiaba; y es más, aún sabiendo dónde estaban guardados los alimentos, los canes mintieron al realizar el ejercicio.
Es así como gracias a este estudio de Animal Cognition se pudo verificar que los perros son capaces de usar el “engaño táctico”, logrando asimilar cómo su actuar afecta el comportamiento de los demás, o sea, entienden sobre manipulación.
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