Por: Carla M. Calçada Torres-Pereira
Académica carrera Medicina Veterinaria
Escuela Ciencias Agrícolas y Veterinarias
Universidad Viña del Mar
TENDENCIAS.- Algunos perros suelen padecer de fobia a ciertos ruidos, como los asociados a las tormentas eléctricas, disparos o fuegos artificiales. Acercándose las festividades del Año Nuevo, esta realidad se vuelve una preocupación para los tutores, sobre todo porque puede llevar a episodios de pánico, desorientación y fuga de la mascota.
Durante los fuegos artificiales, los perros sensibles a los ruidos concomitantes pueden presentar uno o más de los siguientes síntomas: suelen esconderse, jadear, salivar de forma excesiva, aumentar el estado de vigilancia, presentar temblores, ladrar, aullar, orinar, vomitar o defecar y conductas de fuga, lo que, asociado a un estado de pánico puede llevar al animal a desorientarse, perderse de su tutor o sufrir un atropello. En casos extremos, las mascotas pueden quebrar vidrios y accidentarse en el intento de evadir el estímulo amenazante.
Si sabemos que nuestra mascota es sensible a ciertos ruidos, es necesario evitar premiar su respuesta fóbica. Como tutores, podemos pensar que al acariciar nuestro perro o decirle que todo está bien de forma repetitiva, logramos tranquilizarlo durante un episodio de estrés agudo. Sin embargo, podemos estar reforzando de forma inadvertida su respuesta conductual de pánico o la percepción de un peligro inminente. El animal conoce bien nuestras posturas, mímicas, tono de voz: si detecta nuestra ansiedad, su ansiedad irá aumentar.
Algo que podría funcionar sería intentar distraer a la mascota con una invitación a jugar siempre cuando se lancen de forma aislada fuegos artificiales, y repetir esta medida en vísperas de Año Nuevo.
Otras medidas a adoptar serían la desensibilización, con exposición a grabaciones de los ruidos sensibles de menor a mayor intensidad y el aprendizaje de comandos básicos como el sienta/sit, quieto/stay. Poder aplicar estos comandos durante momentos de pánico y desorientación puede ser una forma de calmar al animal o incluso salvarlo de un accidente.
Si nuestra mascota considera a su canil de trasporte o una habitación en particular como áreas seguras, una opción sería darle acceso a estos espacios, ya que eso la tranquilizaría. Igualmente, se sugiere dispersar feromonas sintéticas apaciguadoras que actúan de forma similar a las producidas por la progenitora durante el amamantamiento de los cachorros, ayudando a enfrentar situaciones estresantes, que provocan miedo. Estas feromonas están disponibles en collar, espray o difusor.
El tratamiento farmacológico debe ser prescrito por el médico veterinario de la mascota, quien evaluará su conveniencia en conjunto con las terapias conductuales ya descritas, que actuarán en el origen del problema. Si sabe que su perro padece de esta fobia, debería consultarle a la brevedad, en especial si no ha realizado algún tipo de terapia conductual o entrenamiento durante el año.
Un consejo para los tutores sería mantener a sus perros bien resguardados en sus casas en la noche de Año Nuevo. En ningún caso salir acompañado con ellos a ver un espectáculo pirotécnico, inclusivamente si nunca han revelado señales de fobia a los fuegos artificiales. Si su perro duerme en el patio o jardín de su casa, es importante que lo ingrese a su interior durante esa noche y lo vigile. Si no puede hacerlo de forma directa, instale una cámara para monitorizarlo continuamente.
No olvidar que, de acuerdo con la Ley 21.020 sobre tenencia responsable (MINSAL, 2017), las mascotas deben estar identificadas con un chip y debidamente registradas. En caso de que se desorienten y se fuguen de sus casas, autos, o durante un paseo, podrán ser reconocidas y devueltas a su hogar. ¡Finalmente, felices fiestas para todas las familias multiespecies!
