Héctor Nordetti Calderón
Fundación La Semilla IDB
Esta es una pregunta que todos nos debemos hacer: ¿podemos celebrar el Día de la Tierra? Creo que nuestros pueblos ancestrales si sabían cómo celebrar a la Madre Tierra. Ellos sencillamente cada vez que sacaban un producto de la tierra, hacían una rogativa y agradecían a la Tierra por esa producción…igual hacían en los momentos de la siembra, en que ellos hacían una rogativa y pedían un permiso para sembrar.
¿Qué diferente a lo que vivimos en estos momentos en que muchos estamos hablando y exigiendo mejoras en el trato a la tierra y al ecosistema, sin embargo, en acciones concretas? Poco y nada!
¿Cómo es posible que estemos siendo testigos y parte de la creación permanente de microbasurales, en casi todos los caminos rurales de nuestra zona? Eso no ayuda a la tierra (ni al ser humano), ¿cómo es posible que continuemos con esta carrera consumista?, desde la cantidad de ropa usada en todos lados, el plástico en todas sus formas y la mala gestión del agua. Después de 14 años sin lluvias. No todo es robo. También botamos el agua cada uno de nosotros en forma indiscriminada y los resultados están a la vista.
Hace años que la ONU instauró la Agenda 2030, con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible, cuyas 17 temáticas abordan la protección y preservación de la naturaleza y su entorno, hablan de hambre cero, de terminar con la pobreza, de trabajar en alianza, de proteger ecosistemas marinos y terrestres, etc. etc. Al final queda claro que el fin de la pobreza, las mejora en salud, bienestar y otras, tienen que ver con la mejora ambiental. Todos somos parte de una gran cadena, que finalmente nos une a la salud de nuestro planeta Tierra y por ello es importante vivenciar esta celebración desde lo más profundo.
Desde nuestro trabajo social en Fundación La Semilla y celebrando los 25 años de nuestra institución, estamos haciendo algo concreto y hemos decidido ayudar a la Tierra y a nosotros, promoviendo una campaña de reforestación de 1.000 árboles autóctonos por año de vida, cuyo foco está en repoblar nuestra zona con Palmas Chilenas (jubaea chilensis), especialmente motivados por estar instalados en un área protegida de la Biosfera.
Por medio de esta columna queremos animar a muchas personas e instituciones, para que juntos tomemos la decisión de avanzar en experimentar en nuestra vida diaria un mejor desempeño ambiental. Con pequeñas cosas podremos hacer maravillas y todos juntos podemos cambiar las cosas en pocos años. En estos temas también la autoridad municipal tiene mucho que aportar, haciendo respetar las normas, en especial con respecto a ordenar los microbasurales y creando opciones reales de reciclaje y transformación de los residuos.
Una invitación especial a las comunidades escolares, es a continuar con entusiasmo celebrando la Día de la Tierra, instalando nuevas capacidades en relación a la educación ambiental, a la certificación ambiental escolar, a trabajar con huertos escolares adentro de la escuela, a trabajar y potenciar a los grupos de forjadores ambientales, con alumnos que aprendan y sirvan de motivación a otros para avanzar en este cambio cultural que es urgente. Así podremos de verdad dar testimonio de que sí queremos proteger a la Tierra y a nosotros mismos.