La iniciativa del Centro Científico Tecnológico de Valparaíso (CCTVal), ha superado con éxito pruebas preclínicas que usan componentes de salmón, crustáceos y algas
MIRADA UNIVERSITARIA.- Durante los últimos años el Dr. Cristian Acevedo, director del Centro de Biotecnología Dr. Daniel Alkalay Lowitt de la Universidad Técnica Federico Santa María, ha centrado su investigación en el desarrollo de cultivos celulares con la capacidad de reproducirse y crear tejidos.
Uno de los proyectos más innovadores que impulsa desde 2016 es la elaboración de biomateriales capaces de albergar células, creados en base a componentes de origen marino.
En la actualidad, el desarrollo de implantes para humanos está basado principalmente en organismos bovinos y porcinos, y aunque éstos han demostrado su efectividad, mientras más cerca se encuentre el paciente receptor de la especie que proporciona el implante, hay un mayor riesgo de transmitir enfermedades (lo que llamamos zoonosis).
A partir de ello, la investigación encabezada por el Dr. Acevedo, en estrecha colaboración con el Dr. Javier Enrione, de la Universidad de Los Andes, se ha centrado en desarrollar un biomaterial compuesto de polímeros obtenidos de proteínas de salmón, quitosano (derivada de la cáscara de los crustáceos) y agarosa (extraída de algas).
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Tipos de implantes
“Cuando uno entra en materia de implantes, éstos pueden ser de tres tipos: autólogos (tejido de tu propio cuerpo para implantarlo en él), heterólogo (proveniente de la misma especie) y xenólogos (de una especie distinta). El problema es que cuanto más cerca esté uno de la especie, aumenta la probabilidad de generar enfermedades o transmisiones, pero mientras uno más se aleja de la especie esto empieza a disminuir”, comenta Acevedo, quien además es investigador del CCTVal.
Como los cerdos y los animales bovinos son mamíferos, al utilizar especies marinas el peligro disminuye. “Por otra parte, hay personas que por razones culturales o religiosas no consideran componentes provenientes de determinados animales. Por esto, al dar otro uso a un material marino, podemos ofrecer una alternativa”, agrega el académico.
El siguiente paso es hacer pruebas en hospitales
El proyecto hasta ahora ha superado pruebas preclínicas. Estos procesos, realizados en conjunto entre CCTVal, CBDAL y la Universidad de Los Andes, han tenido resultados exitosos en términos de evolución y cicatrización, proyectando un panorama favorable de cara a las siguientes etapas.
“Vamos por buen camino. El siguiente paso es una prueba clínica fase 1, esto es, probarla en hospitales, en un grupo reducido de pacientes con quemaduras o que necesiten implantes de piel”, agrega el Dr. Acevedo.
Con el fin de comprobar que el modelo biológico sea seguro se realizarán pruebas de eficacia para determinar si el material presenta ventajas frente a los disponibles en el mercado. Por lo mismo, las instituciones académicas mencionadas, junto al Hospital del Trabajador se encuentran en postulación al Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico; lo que permitirá contar con el financiamiento adecuado para consolidar la investigación, proyectando en el futuro cercano las pruebas en pacientes.