La víctima pide investigar el hecho pues no descarta que haya sido intencional.
LA CALERA.- Los terrenos que solían ser el callejón Guerra son un paso tradicional de ciclistas y transeúntes, más aún porque cerca de él se ubica el “skateboard” que recibe a decenas de niños diariamente, quienes transitan por aquel lugar.
Como ya es costumbre para el mecánico eléctrico, Aldo Solís, el pasado viernes 24 de febrero transitaba sin ningún problema en su bicicleta por el lugar en dirección a su trabajo en La Palmilla. Sin embargo, cerca de las 14.00 horas, cuando volvía de sus labores, se encontró con un alambre de púas que se alargaba por el tradicional paso a una altura en la que podría alcanzar a cualquiera.
Según narra Solis, todo fue rápido y sorpresivo. “Sólo sentí el golpe y el dolor en mi rostro y la sangre que comenzó a cubrir mi cara y mis manos cuando traté de sacarme el alambre que se me incrustó en la piel”. En su rosto se muestran las heridas que le abrieron la carne debajo de la nariz, le partieron la nariz y cruzaron con un corte gran parte de una de sus mejillas.
El maestro eléctrico dice que no recuerda mucho más, que el estrés sufrido le borró por unos instantes la memoria. Sólo sabe que había tres niños cerca y uno se aproximó a ayudarle. “De todas manera conseguí darme cuenta de lo que pasaba y acudí a un familiar de mi esposa que vive cerca del lugar, quien me llevó en camioneta hasta el Hospital de La Calera”, relató.
Mientras iba en el vehículo pudo verse en el espejo y notar que su rostro sangraba y tenía y muchas heridas, además no sentía una porción de su cara.
Al llegar al hospital, los paramédicos detuvieron la hemorragia y un doctor resolvió enviarlo al Hospital “Gustavo Fricke”, debido a lo delicado de la situación.
En Viña del Mar fue atendido por un cirujano que logró hacer un verdadero milagro con las heridas en su rostro. Actualmente sigue en reposo, sin poder exponerse al sol y con problemas para comer pues sus dientes también se vieron afectados.
Según comentó el afectado, esto le pudo haber pasado a cualquiera de las decenas de personas que transitan día a día por el lugar. “También creo que pudo haberme alcanzado el cuello y con la fuerza del golpe, capaz que me hubiera cortado alguna arteria”, agregó.
Según Solís, no cree que ese alambre haya sido para impedir el paso pues no hay cartel que señale dicha restricción. “Me cuesta creer, pero lo pienso bastante como posibilidad, que haya sido la acción de una persona, como parte de una tontera o por maldad”, señaló.
Según pudo constatar “El Observador” en terreno, en un costado se habían instalado alambres de púas para resguardar un eventual ingreso al terreno que colinda con la carretera, que por el otro lado tiene malla “Acme”. Efectivamente no hay ningún cartel que señale la prohibición al ingresar al recinto, que por lo demás, estaba lleno de niños practicando “skate”. Además, los alambres ya habían sido cortados, seguramente por los que pasan por allí.
Aldo Solís pretende iniciar una acción judicial. Argumenta que “la carretera cortó la ciudad y mucha gente que va a pie o en bicicleta a La Palmilla solo puede hacerlo por la Rotonda Lautaro, donde es muy peligroso el tránsito y ya han habido muertos. Por evitar este peligro, caí en esta situación que cuento, porque hasta el lugar llegan mucho niños o jóvenes que también podrían haber sido las víctimas de esta situación”.